Aunque a simple vista conserva algunos manchones verdes en su tronco, el árbol emblemático de Coatepec ubicado en el parque Miguel Hidalgo está muerto, así lo confirma la tomografía forestal sónica aplicada por la Red de Viveros de Biodiversidad (Revive AC).
En recorrido por el parque del Pueblo Mágico, los coatepecanos comparten anécdotas con el “Laurel de la India” (“Ficus benjamina”) y, aunque coinciden en sentir nostalgia, mencionan que para evitar accidentes lo mejor es retirarlo y sembrar otro.
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El biólogo Aníbal Ramírez Soto, quien inició con Revive un programa para diagnosticar la salud del arbolado en Xalapa y Coatepec, lamenta que la muerte de este ejemplar no haya sido de forma natural.
¿Cuál es la causa de la muerte del árbol del parque Miguel Hidalgo de Coatepec?
La falta de cuidados, mal manejo de raíces, utilizarlo como vertedero de aceite frío o caliente de papas, churros y otros alimentos, así como malas podas, agilizaron su proceso de pérdida de vida, señala.
El “Laurel de India” de edad aproximada a los 60 años, localizado frente al palacio municipal, llama la atención por su altura de 23 metros y su cantidad de ramas. De cerca, es posible notar que no cuenta con raíces de anclaje.
“Sí es un árbol de riesgo porque su probabilidad de caída es alta. El reporte ya fue entregado al ayuntamiento con la recomendación de retiro inmediato”, comparte el especialista.
Sugiere además reformar y ampliar el espacio para la inclusión de un nuevo árbol, e idealmente que sea perenne, de copa amplia, longevo y resistente a la poda. También, colocar un centro de acopio de aceite y otros residuos generados por los negocios establecidos en el parque.
Esta muerte, añade, es una pena, sobre todo porque “en Coatepec hay pocos árboles y pocos espacios para el crecimiento saludable”.
¿Qué opinan los pobladores de Coatepec sobre el árbol del parque Miguel Hidalgo?
“Yo tengo 62 años y desde que me acuerdo ya estaba el árbol. A mis hermanas y a mí nos gustaba jugar, y ya bien acaloradas, nos sentábamos bajo la sombra. Era un árbol muy bonito y en aquellos tiempos no estaba el parque como ahora”, recuerda Carmelita Cuevas Ballesteros.
Don Raúl Jiménez Montiel, quien tiene entre sus costumbres el paseo diario por el parque, dice que el árbol le hace pensar en una novia de su juventud.
“A ella le gustaba mucho que nos sentáramos cerca… por el aire. A mí no, por los pájaros y su escandalera, pero le daba gusto a ella por andar de enamorado”, comparte el hombre de 74 años.
Acompañada de su prima Luz María, Araceli Monge Morgado dice haber visto morir al árbol. Con un dejo de nostalgia, afirma haber disfrutado la sombra que daba.
“En temporada de calor, nos veníamos a refrescar, corría un viento rico, pero ahora cada vez está más pelón el parque y nadie hizo nada por el pobre árbol, que llegó a estar frondoso, verde, verde”, expresa.
Igual que ellos, otras personas manifiestan sí sentir pena al enterarse de la muerte, pero también consideran los riesgos.
“Puede haber una tragedia, un accidente, si ya no hay nada por hacer, lo mejor es retirarlo y sembrar otro”, indica Juan Hernández Flores.
Servicios ambientales
Los árboles, además de ser importantes por sus servicios ambientales, están relacionados con la cultura de un pueblo, recuerda la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Con el fin de generar una reflexión sobre la conservación, explica que los árboles liberan oxígeno, mitigan el cambio climático, limpian el aire al absorber gases contaminantes como óxidos de nitrógeno, amoniaco, bióxido de azufre y ozono.
Además, mitigan las altas temperaturas al interrumpir las islas de calor y refrescan calles y edificios al proporcionar sombra, además de liberar vapor de agua a través de sus hojas.
“Son compañeros de juego infantil al prestar sus troncos para trepar, esconderse o construir casas sobre sus ramas. Son amigos de los seres humanos”, enfatiza.