Mundo verde, la esperanza de Riversimple

La armadora de autos de Hugo Spowers hace vehículos impulsados por hidrógeno, un material que reduce las emisiones de CO2

AFP

  · miércoles 2 de diciembre de 2020

El modelo Rasa, de Hugo Spowers, fundador de Riversimple, podría ser lanzado en tres años y competir con el precio de un Golf de Volkswagen, pero con la ventaja de ser un auto que no genera emisiones de CO2 / AFP

REINO UNIDO. El fabricante de coches de hidrógeno Riversimple apuesta por la “revolución verde”, prometida por el gobierno británico, que pretende conseguir la neutralidad carbono en 2050 y quiere prohibir los vehículos de gasolina en 10 años.

A diferencia de los autos eléctricos que llevan unos cuantos kilómetros de ventaja en el mercado de los vehículos ecológicos, los de hidrógeno siguen siendo un segmento embrionario, aunque circulan en varias ciudades del mundo, como en París.

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El fabricante surcoreano Hyundai, que reivindica el primer puesto mundial, ha vendido cinco mil unidades de su modelo Nexo este año, más que el Toyota Mirai, en un mercado mundial de varias decenas de millones de vehículos.

Riversimple, una start-up en comparación con el gigante automovilístico Hyundai, es por el momento el único fabricante británico en este segmento con su modelo estrella Rasa.

Su fundador Hugo Spowers no tiene miedo de competir con los grandes del sector, ya que concebido su Rasa —nombre que deriva de tabula rasa, o tabla rasa en latín— partiendo de las propiedades de la pila de hidrógeno, mientras que los fabricantes de los autos de gasolina tratan en cambio de adaptar esta tecnología a los vehículos de combustible derivados del petróleo.

Para Spowers, la gran ventaja de esta tecnología es que la autonomía es mucho mayor que la de las baterías eléctricas.

“Para los trayectos cortos, las baterías eléctricas funcionan muy bien y las necesitamos, pero si queremos una autonomía como la que estamos acostumbrados (con la gasolina), es decir, en torno a 500 km, el hidrógeno es mucho más eficaz”.

En los próximos meses, Rasa entrará en la fase de ensayos avanzada con clientes que pagan como lo hace la municipalidad local del distrito de Monmouthshire, en Gales, que apoya el proyecto y ha dado luz verde para construir una estación de recarga de hidrógeno en la ciudad de Avergavenny. Es la única en la región, pero recargar el vehículo sólo lleva unos minutos, frente a las horas que necesita una batería eléctrica.

El gobierno británico prohibirá los autos de combustión interna en 10 años, lo que abre la puerta a las baterías de hidrógeno / AFP

PRECIO PROHIBITIVO

El hidrógeno, que se transforma en electricidad a través de una batería que alimenta el motor, ofrece las mismas ventajas que un coche eléctrico (aceleración, motor silencioso), y no produce ningún contaminante, sólo el vapor del agua.

Pero su huella medioambiental está bajo la lupa. La producción de hidrógeno emite grandes cantidades de CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero, ya que es producto esencialmente de la transformación del metano.

Además, los coches de hidrógeno tienen actualmente un precio prohibitivo.

Riversimple trata de dar soluciones y propone un sistema de alquiler-venta, que comprende los costos de mantenimiento y de carburante. El vehículo sigue siendo propiedad de Riversimple, por lo que tiene interés en que dure.

Para la edil Jane Pratt, de la alcaldía del condado de Monmouthshire “es un método mucho más sostenible de tener un vehículo” que tener que administrar una flota de automóviles.

“Pretendemos poder a rivalizar con el precio total de un Golf (de Volkswagen) aunque nuestro coche sea más caro de fabricar, debido a los flujos de ingresos previstos a largo plazo y porque nuestros costos operativos serán más bajos (que para los coches de gasolina) ya que es un vehículo muy eficiente”, asegura Hugo Spowers, que prevé lanzar su Rasa al mercado en tres años. El contexto es favorable ya que el objetivo del gobierno británico es conseguir neutralidad carbón para 2050 y para 2030 pretende prohibir la venta de nuevos autos de gasolina y diésel.

El gigante británico de química Ineos y Hyundai anunciaron una asociación para desarrollar la producción de hidrógeno.

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