Xalapa, Ver.-La situación climática extrema que se vive en Xalapa, demanda de una mayor voluntad ciudadana expresa Fernando Hernández Baz, académico de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV).
Detalla que esta zona ha perdido gran parte de su diversidad biológica, pero no se pueden dar porcentajes porque ni siquiera se ha logrado saber todo lo que se tiene de riqueza en Veracruz, dice.
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El especialista precisa que hay mucho conocimiento sobre las especies vegetales y de fauna, pero cuando se habla de insectos u otros invertebrados de los que la información es solo parcial. “Hay miles de especies asociadas a un solo árbol y eso es lo que hay que entender para avanzar en el cuidado de los bosques”.
Lo que urge, dijo, es que las personas entiendan cómo es que con nuestras acciones se alteran los ciclos naturales como es el del agua, “al perder tanto árboles ahora tenemos las consecuencias con un menor recurso que se obtiene de las fábricas de agua”.
¿Por qué no ha logrado proteger la biodiversidad de Xalapa?
En su opinión falta mucha coordinación para proteger la biodiversidad. “Pero lo más importante es impulsar una mayor conciencia entre la población de no tirar colillas, de no fogatas, de no tirar basura y de regresar a prácticas como no usar para todo bolsas plásticas que son uno de los mayores contaminantes”, indica.
Debería ser una prioridad reciclar bolsas para no generar más residuos, aunque es complicado lo que más pesa es que como ciudadanos se han perdido las buenas costumbres de los abuelos y papás, que cuando ibas de compras llevabas tu bolsa, “cosa que ahora por comodidad o consumismo pocos hacen”.
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También advierte que hay que evitar adquirir cosas que solo sirvan un tiempo corto y luego lo tire uno. “Hay que asumir nuestra responsabilidad como seres humanos que observan nuestra situación climática por lo que hay que recomponer nuestras acciones cotidianas”, opinó.
Si bien la falta de lluvias incide en el riesgo de que haya más incendios forestales, lo preocupante es que numerosos son provocados por prender fogatas, dejar botellas en el bosque o tiran colillas de cigarro en la carretera, advierte.
Lo cierto es que siempre ha habido incendios forestales pero derivado de la falta de lluvias y el estrés hídrico, la probabilidad se ha incrementado, explica.
Desde el año pasado, en mayo y junio, se registraron las temporadas más calurosas no solo en México, sino en el mundo. “Eso ya se deja sentir, este año estamos peor y hay que asumir las consecuencias”.
Expone que los incendios forestales afectan gravemente al ecosistema. “Porque ocasionan una pérdida de la biodiversidad biológica y ocasiona la desaparición de un gran número de plantas y fauna silvestre”.
Lo que hay que saber es que la pérdida de un solo árbol en un incendio impacta plantas, hongos, bacterias y miles de microorganismos.
Cada persona requiere para respirar el oxígeno de entre 20 y 30 árboles; del 10 por ciento del oxígeno del mundo el 70 por ciento viene del mar y el restante de las zonas boscosas, “y aun así no los cuidamos”.
Indica que otros de los efectos por incendios en los suelos es que pierden sus propiedades físicas, químicas, textura, color y la retención de agua que lleva a la erosión. En el tema climático, dice, que lo que sucede ahora es atípico, pero hay que estar conscientes de que será cada vez más recurrente por el cambio climático, concluyó.