El hongo patógeno que provoca la enfermedad de la quitridriomicosis, que mantiene en declive a ranas y sapos en todo el mundo, ya está detectado en Veracruz pero aún no se destinan los recursos necesarios para ahondar en su investigación, exponen científicos de la Universidad Veracruzana.
Opinan que no darle la importancia necesaria a este problema pone en gran riesgo a una población que enfrenta también otras amenazas como el cambio climático y la colecta excesiva de tenchos para elaborar arcos florales o para comercializar la planta.
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¿Por qué son tan importantes los anfibios?
Exponen que una de las funciones de los anfibios en general es controlar las plagas de insectos transmisores de enfermedades como la malaria, dengue y fiebre amarilla.
En actividad en el parque Natura apuntaron que los tenchos son hábitat de algunas ranas, lagartijas e insectos, por lo que la sociedad puede contribuir a no mermar estos refugios.
En entrevista, Ahmed Bello Sánchez, investigador del Instituto de Neuroetología de la UV, enfatiza que Veracruz mantiene el tercer lugar nacional en especies de anfibios por sus condiciones fisiográficas y su gran diversidad de ambientes, pero el cambio climático plantea nuevos desafíos.
Apunta que como la temperatura se ha ido elevando, sí se observan cambios en la dinámica de las especies y, ante la pérdida de la humedad, los anfibios sufren afectaciones.
¿Qué porcentaje de anfibios se encuentra en peligro?
De acuerdo con datos oficiales, en México los anfibios pasan por la peor crisis de extinción de toda su historia; se considera que el 43 por ciento de las especies está amenazada o críticamente amenazada.
Además, 195 de las más de dos mil especies que se encuentran protegidas en la Norma Oficial Mexicana son anfibios.
Al respecto, información del investigador Arturo Hernández Huerta, del Instituto de Ecología, indica que de todos los grupos de vertebrados el de los anfibios es el que presenta el mayor número de especies endémicas a Veracruz, con más de 30 especies.
Documenta que la mayoría son ranas arborícolas y salamandras o tlaconetes, y algunos de los lugares más importantes son los alrededores de La Joya y Las Vigas, así como los bosques situados entre el Pico de Orizaba y el Cofre de Perote.
Puntualiza que prefieren áreas de bosque mesófilo de montaña y de pino encino, donde abundan las bromelias (tenchos). Comparte también que en Huatusco recientemente fue descrita para la ciencia la salamandra de cafetal “Pseudoeurycea cafetalera”.
Ranas y sapos
En el parque Natura, ante adolescentes y jóvenes, fueron compartidos los sonidos de algunas de las ranas y sapos con mayor presencia en Xalapa, como el sapo gigante, la ranita grillo, la calate arborícola -la más abundante-, la rana leopardo y la cristal.
También la rana arborícola mexicana, el sapo borracho y la rana arborícola lechosa, por mencionar algunas especies.
¿Cómo contribuir al cuidado de los anfibios?
El llamado a la sociedad es a sumarse a la conservación de los anfibios en general y de las ranas y sapos en particular. Una de las recomendaciones especiales es respetar las áreas verdes.
Además, contribuir al cuidado de las áreas naturales protegidas y, sobre todo, no tocar ni mucho menos atrapar a los anfibios porque son fauna silvestre y los seres humanos también son transmisores de enfermedades a los animales.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente explica que los anfibios desempeñan funciones muy importantes en los ecosistemas, como transferir nutrientes de medios acuáticos a terrestres.
Otra de sus funciones es controlar las plagas de insectos, “lo que es de capital importancia ya que una eventual desaparición de esta fauna provocaría un incremento en las poblaciones de insectos transmisores de enfermedades en humanos”.