Los sanitarios composteros, además de ser económicos y de fácil uso, se convierten en una buena alternativa en ciudades como Xalapa, donde uno de los principales problemas es la escasez de agua, expresa la investigadora por México, Amparo Albalat Botana, quien promueve esta tecnología.
Una cubeta, tierra y conciencia sobre la importancia del cuidado del agua son los elementos necesarios para empezar el cambio de hábitos, indica la especialista en sustentabilidad y desarrollo social.
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En entrevista, explica que hay muchos sanitarios composteros para dejar de usar el agua potable en las descargas normales, pues una persona con sistema digestivo medianamente sano utiliza el excusado al menos siete veces al día; si la caja es de nueve litros –los hay hasta de 16–, serán 63 litros diarios y mil 890 al mes.
Aún quienes ya tienen inodoros ahorradores de 4.8 litros, gastan mil litros de agua potable mensuales, pero si en casa viven cuatro o más integrantes, se puede estimar que en cubrir las necesidades fisiológicas y el baño o ducha es donde mayor desperdicio del líquido hay.
La integrante del equipo de investigadores del Instituto de Ecología opina que no se debe esperar a que el conflicto del agua continúe creciendo. Llama a tomar en cuenta la propuesta de cubrir las heces con tierra y producir abono, con la premisa de que no se necesita ser ecologista o ambientalista.
“Para iniciar no se debe recurrir a ningún experto, sí puede ayudar para cometer menos errores al arranque, pero en general, solo se necesita la convicción de querer experimentar con esta tecnología”, señala.
Amparo Albalat reitera que el sanitario de cubeta implica un cambio de pensamientos y hábitos. Básicamente es una cubeta de 19 litros y hay distintas opciones para contenerla, desde lo precario hasta lo más elegante, y hay que tener siempre otro recipiente con tierra y hojarasca para cubrir los desechos.
¿Cómo se puede emplear la composta?
En un principio se puede reutilizar pero cuando ya se produce abono de más, se puede avanzar a hacer composta casera para emplearla en el jardín, para los árboles y otros usos.
Por llevar toda la vida usando sanitarios con descargas estándar, sí es difícil avanzar hacia estas soluciones, reconoce la investigadora. Sin embargo, menciona que con el paso del tiempo incluso puede darse una reflexión sobre el consumo de alimentos con otras consecuencias benéficas.
Amparo Albalat afirma tener entre sus preocupaciones el bien natural del agua y, a raíz de la tragedia en algunas colonias donde están en marcha los tandeos, considera una pena que cuando se tiene agua sea para descargarla en el baño y no para lavar la ropa y otros fines.
Enfatiza que implementar un sanitario compostero no implica quitar el baño, romper o modificar, sino solo darle un espacio pequeño para solucionar de inmediato el problema, al mismo tiempo que ya no se producen aguas negras.
La ambientalista tiene entre sus misiones promover esta tecnología con talleres cada dos meses. Comparte que quienes más se interesan son personas mayores de 35 años y no hay estatus socioeconómico, pues lo mismo es de interés de personas de colonias de la periferia como de integrantes de equipos de trabajo que laboran en oficinas del centro.
El taller “Haz de tu cubeta un trono” lo imparte en su casa, con el fin de que los asistentes conozcan también otro modelo, pues hay los móviles y los permanentes, “de material”, adaptados al terreno y economía.
“Estas opciones han estado vinculadas a las áreas rurales y a gente de escasos recursos. El uso y manejo ha estado muy pobre por falta de difusión y porque culturalmente muchas de las personas que los promueven, no los usan, pero yo puedo afirmar que tan funcionan, que en Xalapa hay un grupo de abogados que lo usan y contrataron a una persona para que cada fin de semana pase por cuatro cubetas con tierra que él compostea en un jardín de El Dique”, comparte.
Las personas que quieran obtener mayor información pueden llamar al 22 82 33 26 76 y disipar dudas y temores, como los relacionados con los olores, con los insectos y las bacterias o virus.
“Si nuestro sanitario llega a oler mal es porque no estamos cubriendo suficientemente nuestros desechos; si tiene insectos, es porque no se baja la tapa de la cubeta, y en cuanto a las bacterias, como es una composta, hay microorganismos que fuera de nuestro cuerpo, cuando la composta alcanza cierta temperatura, se mueren”.
En definitiva, “se requiere un cambio de mentalidad porque se trabaja con seres vivos y deseamos que la tierra tenga microorganismos para que se haga la composta. ¿Solo para valientes?”, cuestiona.