Aunque son tres las amenazas constantes para el Santuario de Bosque de Niebla ubicado en la carretera Xalapa-Coatepec, la principal son los drenajes sanitarios conectados a los drenajes pluviales, expone el científico Orlik Gómez, investigador del Instituto de Ecología (Inecol).
Sostiene que la falta de un orden en el desarrollo urbano sí tiene afectaciones en el Santuario, en su área de humedal y en la biodiversidad, por lo que una de las seis acciones primordiales para la conservación es la restauración de ecosistemas degradados.
En charla coordinada por la Secretaría de Medio Ambiente, aseguró que la autoridad municipal sí tiene conocimiento del problema pero no se sabe cuándo dará respuesta a la gestión de estas aguas y su manejo adecuado.
El Bosque de Niebla, explica, tiene un humedal, que desde el interior del Santuario recibe agua limpia de los propios manantiales que resguarda, pero del lado contrario recibe drenajes pluviales de la ciudad.
“Ese no sería problema, el problema es que a esos drenajes pluviales están conectados de manera ilegal drenajes sanitarios”, expresa para luego subrayar que hay área del humedal y de la periferia totalmente eutrofizada.
“Las aguas están mezcladas y el agua más clara es relativamente limpia, pero hay un brazo gris de agua de drenajes sanitarios que contaminan el humedal; mide entre dos y tres hectáreas, aproximadamente, dependiendo la época de lluvia”.
Añade que se podría decir que es una pequeña área y está escondida, pero no solo no es bueno sino también preocupante al tratarse de un lugar al cual llegan aves migratorias, entre ellas, patos del norte del continente.
“Es un lugar que merece ser restaurado para que pueda seguir siendo funcional en conservación ecológica”.
Reitera que una misión del Inecol es restaurar los cuerpos de agua que rodean al Santuario, o que están dentro. Ejemplifica que atrás del Jardín Botánico pasa el río Sordo y describe como indignante lo que se le ha hecho, usándolo como un drenaje a cielo abierto.
Detalla que los drenajes pluviales se encuentran frente a la glorieta del Velódromo, y se logra ver agua gris, no de lluvia, “lleva drenajes sanitarios”, enfatiza.
“La autoridad municipal lo sabe. ¿Cuándo va a actuar? No sé que necesita para entender que es su labor”, apunta.
Recuerda que en 2021, en inundaciones atrás de la zona de los Arenales, en la carretera nueva a Coatepec, a las casas llegaron las aguas negras al no existir el correcto escurrimiento. El bosque está atrás de esas casas que se inundaron, manifiesta.
Al preguntarle de qué manera la sociedad civil puede participar activamente para revertir estos daños, indica que el municipio regula toda la disposición de aguas sanitarias de las casas, pero la sociedad tiene un deber.
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“Debemos tener la conciencia de no conectarnos a drenajes pluviales, de disminuir el uso de cloros y detergentes, de no tirar basura sólida ni aceites ni pilas al agua”, indica.
En cuanto al tema de la restauración de ecosistema terrestre, anota que se suele pensar en reforestación, sin embargo, en el caso del Santuario es la existencia de árboles que originalmente no vivían ahí y fueron removidos por alguna razón.
En el Jardín Botánico, y particularmente hacia el Santuario del Bosque de Niebla, comenta que no piensan en árboles sino en arbustos nativos del bosque, para lo cual están aprendiendo sus características biológicas con el fin de cultivar en grandes números e incorporarlos en los diferentes esfuerzos de restauración que la Sedema tiene a su cargo.
Otro de los desafíos nombrados es el control y prevención de gatos abandonados, pues “además de poder transmitir enfermedades o parásitos a la fauna silvestre, compiten con los carnívoros y marsupiales silvestres, y con las zorras, mapaches y todos los mamíferos, a quienes generalmente desplazan por su alta reproducción”.
“El problema no son los gatos y no es que existan o su comportamiento, sino las personas, quienes debemos tener la capacidad de entender que si no podemos tener una mascota en las mejores condiciones, pues son animales domésticos, no tenemos que ir a abandonarlos; no es bueno ni para los gatos ni para la biodiversidad”.
Pese a los retos, sostiene que el Santuario del Bosque de Niebla, de 30 hectáreas de reserva, es un tesoro de biodiversidad del cual todas las personas se pueden enamorar e incluso sensibilizarse y llegar a valorarlo como lo que es, un patrimonio y un honor que esté en la capital del estado de Veracruz.