Muy lejos de los países donde se profesa de forma masiva el islam, en Tamaulipas hay mujeres y hombres que siguen esta fe y que, dentro de sus posibilidades, ayunan en este mes de Ramadán, sin afectar su cultura y raíces mexicanas.
Goly Carriles es una mujer que por su velo -conocido como hiyab- y sus enormes ojos claros, ha llegado a confundir a algunas personas que al verla asumen que proviene de un país lejano como Egipto, Marruecos o Turquía, sin embargo, ella explica, orgullosa, que no es así; es mexicana, musulmana y de la colonia Obrera de Ciudad Madero, al sur de Tamaulipas.
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“Me ven con mi velo, yo lo llevo a todas partes, me pregunta de dónde soy y les digo ‘soy musulmana y no tengo nada que ver con el terrorismo, con Isis; soy tampiqueña, nací aquí y soy musulmana, no vengo del otro lado del mundo”, dijo a EL SOL DE TAMPICO.
LA BÚSQUEDA
Goly, quien siempre se ha considerado como una mujer espiritual, se formó en la religión católica, no obstante su interés por aprender más la llevó a buscar información sobre el islam; encontró un libro en la frontera que en un principio la confundió, posteriormente, una amistad egipcia le ofreció algunas certezas.
“Me puse a estudiar, a leer, a informarme, fueron meses de estudio, hasta que un día dije, ‘ya estoy lista’, hice mi shahada -conversión al islam- por internet, con mi amigo de testigo, ya después supe que su madre y su hermana también estaban junto a él, fue algo muy especial”, declaró la mujer que este próximo 2 de octubre cumplirá 11 años como musulmana.
El camino no fue fácil, al principio su familia pensó que solo era por una temporada, usar el velo, tampoco lo fue pero una vez que lo usó por primera vez decidió que ya formaba parte de ella.
“El primer día obviamente no me lo puse bien, sentí que todos se me quedaban viendo pero no pasó nada. No me ha tocado en Tampico que me anden siguiendo como sospechosa por andar con el velo”, recordó.
LOS MUSULMANES EN TAMAULIPAS
Goly, que de profesión es comunicóloga, pero se dedica a la docencia, señaló que actualmente en el sur de Tamaulipas conoce al menos 17 personas que profesan el islam y tiene conocimiento que hay más musulmanes en distintos municipios de la entidad.
“Hay gente que es musulmana y no se congrega pero de que hay más, hay más. He sido testigo de la conversión de ocho personas, dicen que son bendiciones, como si fuera un escaloncito, no estoy buscando eso; si te interesa el islam, yo te ayudo por eso nació -la página de Facebook-Islam en Tampico”, explicó.
Ella no pretende convencer a nadie sobre sus creencias pero sí busca ayudar a personas latinas que se interesan en esta fe y por la cultura es complicado procesarlo.
“Los hermanos de otros países pueden enseñarte porque lo traen de casa, pero no se pueden poner en tus zapatos, es a lo que voy”, planteó.
“SER MUSULMÁN NO ES SER TERRORISTA”
En sus casi 11 años como musulmana, Goly recalcó que nunca ha sido discriminada en Tamaulipas y que mucho menos ha sido considerada como “terrorista”, situación que se hizo común en Estados Unidos, principalmente después del 9/11 con la caída de las Torres Gemelas. “Yo no he sufrido actos de discriminación y las hermanas hasta donde sé, tampoco, a mí me identifican porque llevo el velo en todos lados. Yo les digo a mis hermanos musulmanes ‘vénganse aquí, a mi ranchito, aquí no hay de esas cosas -discriminación- ”, enfatizó.
Afirmó que en el Corán-libro sagrado de los musulmanes- no existen textos relativos a hacer daño a la gente como ocurre con la práctica del terrorismo.
“Esos grupos más radicales realmente son grupos políticos; si estás leyendo el Corán o estás aprendiendo la sunna del profeta en ningún lado te dice que hagas ese tipo de cosas, la yihad es algo contigo, no con los otros”, puntualizó.
“No porque eres cristiano o judío ya eres un infiel. Eso de muerte a los infieles son tintes políticos disfrazados; hay dos cosas que te mueven a las masas que son la política y la religión, ahora, ¿qué pasa si los juntas?”, añadió.
LA MUSALLA EN TAMAULIPAS
Interesada en compartir sobre el islam, Goly conoció paulatinamente a los musulmanes que radicaban en el sur de Tamaulipas; algunos eran extranjeros que por trabajo llegaron a la zona, otros de sus hermanos eran conversos, esto la motivó a abrir lo que podría ser la primera musalla de Ciudad Madero, además de que llevó su fe a las calles del centro de Tampico.
“No es una mezquita, para una mezquita se tiene que cumplir con ciertas cosas, la musalla era una casa muy bonita que renté por ocho meses donde podíamos reunirnos para orar, leer el Corán”, explicó.
Además, abrió una página de Facebook llamada “Islam en Tampico”, lo que la ha ido acercando con personas de diferentes lugares.
“La ayuda ha llegado de fuera, de Egipto, de Estados Unidos, tengo esa bendición que me ha dado Dios, me han apoyado de esa manera cuando estábamos en la musalla nos llegó con la caja de los tapetes, una vez me llegaron 13 cajas con libros islámicos”, apuntó.
LA CULTURA MEXICANA Y EL ISLAM
Los mexicanos que se convierten al islam enfrentan retos culturales, su religión no les permite comer cerdo, alimento que se encuentra casi en todos los platillos de la gastronomía de México.
“Mi familia respeta que yo no coma cerdo, la clásica, cumplió el sobrino y pidieron trompo pero a la tía Goly le traen torta de cecina. Mi mamá hacía tamales para toda la familia pero también hacía tamales para mí, con manteca vegetal y pollo”, narró.
Relató que uno de sus hermanos musulmanes hizo una torta de la barda sustituyendo los ingredientes de cerdo con soya y que para ella no representa un problema que las otras personas consuman alcohol, aunque en algunos países islámicos esto es prohibido.
“Los patrones de conducta del islam los voy a seguir yo, es tu decisión, tú no vas a gobernar a los otros”, finalizó la tamaulipeca.
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Nota publicada originalmente en El Sol de Tampico