La Universidad de Harvard destinará 100 millones de dólares para reparar sus lazos con la esclavitud por medio de un “Fondo del Legado de la Esclavitud”.
Según información publicada por el diario The New York Times, la institución encontró en sus anales los nombre de más de 70 personas que fueron víctimas de esclavitud, desde funcionarios hasta ministros, así como presidentes y donantes que fueron esclavizados en los siglos XVII y XVIII.
Algunos ejemplos son los nombres de Incremento Mather, el gobernador John Winthrop y William Brattle, personajes relevantes y ligados a la historia de la nación norteamericana que todavía adornan sus edificios como símbolo de reverencia.
Luego de que se dio a conocer el informe de 134 páginas que contiene información de los últimos cuatro siglos y que revela los vínculo de la Universidad de Harvard con este fenómeno, un comité de miembros de la casa de estudios publicó un informe que destaca el esfuerzo de Harvard para comenzar la reparación o limar asperezas con sus errores del pasado, así como, dijeron, “lo ha estado haciendo un conjunto de universidades durante varias décadas”.
Para lograr su cometido, miembros de la corporación rectora comprometieron 100 millones de dólares para crear un “Fondo del Legado de la Esclavitud”, cuyo objetivo será permitir que los académicos, catedráticos y estudiantes de la universidad identifiquen las conexiones que tenga la Universidad de Harvard con la esclavitud y dejen el precedente para las futuras generaciones.
Sin embargo, algunas voces han comentado que la cantidad que Harvard destinará para reconstruir su imagen es algo rara, ya que compite con los 100 millones de dólares que fueron prometidos por los líderes de la conferencia de sacerdotes jesuitas para lograr una reconciliación de índole racial, además de beneficiar al conjunto de descendientes de personas que han sufrido de esclavitud en la Universidad de Georgetown.
Expertos han pedido que el dinero sea utilizado en varias vías, así como en rastrear a los descendientes modernos de las personas que fueron esclavizadas en Harvard, en la construcción de memoriales para honrar y exponer el pasado de las personas que sufrieron, así como a la exposición del pasado mediante la creación de programas de intercambio entre estudiantes y profesores de la Universidad de Harvard y de colegios y universidades históricamente “negros”, colaborando con colegios tribales.
Además solicitaron crear asociaciones que ayuden a la mejoría en las escuelas, especialmente en el sur de los Estados Unidos y las Indias Occidentales, donde los dueños de plantaciones y los famosos brahmanes de Boston lograron hacer sus riquezas y fortunas explotando a la esclavitud de manera atroz.
Tomiko Brown-Nagin, presidenta del comité, profesora de derecho e historia y decana del Instituto Harvard Radcliffe, señaló:
“Las reparaciones significan diferentes cosas para diferentes personas, por lo que fijarse en ese término (económico) creo que puede ser contraproducente”.
La decana expresó que uno de los objetivos es impulsar la movilidad social al cerrar las brechas en la cuestión educativa y dijo que la universidad está comprometida con los remedios significativos y sostenidos que perdurarán a perpetuidad.
Pero no todos los descendientes de las personas relacionadas con la esclavitud vieron con buenos ojos a las propuestas, como fue el caso de Jordan Lloyd, quien creció en Boston y mientras trabajaba como actriz pagaba sus cuentas trabajando como camarera en un teatro de repertorio de Harvard. Ella dice que nunca supo que caminaba por las mismas calles que un antepasado que no conocía: Cuba Vasall, quien fue esclavizada por la hermana del benefactor esclavista de la Facultad de Derecho de Harvard.
En 2020, en la época de las protestas por el asesinato de George Floyd, una becaria de Rhodes se puso en contacto con la Sra. Lloyd y le comentó que estaba harta de la brutalidad policiaca, además de que expresó en una entrevista que se sentía mucho mejor al saber de dónde venía, gracias a la certeza académica. Su padre, Dennis Earl Lloyd, ha estado en contacto con Harvard y quiere que la institución cree oportunidades educativas para las comunidades negras.
Lawrence S. Bacow, presidente de la universidad, dijo que las personas esclavizadas eran una parte integral de la universidad en sus primeros días, que vivían en la residencia del presidente en el campus de Cambridge, Massachusetts, y que eran parte de la vida diaria.
El informe donde se anuncia la iniciativa a estudiantes, profesores y personal, expresa: “Hombres y mujeres esclavizados sirvieron a los presidentes y profesores de Harvard y alimentaron y cuidaron a los estudiantes de Harvard”.
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