Perdió casi la vista, pero no la esperanza: Gloria es vendedora de plátanos

Con la venta solventa sus gastos médicos y de vivienda

Alma Quiroz | Diario de Xalapa

  · sábado 23 de septiembre de 2023

Gloria Sánchez vende plátanos en la calle Bolivia de Xalapa | Foto: David Bello/Diario de Xalapa

Por la diabetes casi perdió la vista la señora Gloria Sánchez Suárez, quien vende plátanos en la calle Bolivia de esta ciudad.

Explica que pese a que casi no ve, debe seguir trabajando para ganarse la vida. A pesar de sus problemas de salud comenta que está agradecida con sus clientes que todos los días le compran sus productos y con ello la apoyan para seguir adelante y enfrentar los retos que se le presentan.

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En la banqueta de la calle Bolivia, la señora Gloria Sánchez vende plátanos, quelites, verdolagas, epazote, maracuyá y guayabas, que compra en su comunidad de origen Pacho Viejo. Ella tiene muchos años vendiendo en este lugar, “pero antes le pagaba a un líder de comerciantes hasta que hablé con el alcalde Ricardo Ahued, quien al ver mis problemas de salud, me autorizó a quedarme y a no tener que pagar ninguna cuota al Ayuntamiento, ni a nadie”.

Gloria también vende quelites, verdolagas, epazote, maracuyá y guayabas | Foto: David Bello

¿Qué le dijeron los inspectores de Comercio a Gloria?

Los mismos inspectores de Comercio del Ayuntamiento le aconsejaron no pagarle al supuesto líder de comerciantes y pues ahora puede trabajar más libre.

Comenta que con 30 años de padecer diabetes, la enfermedad le afectó la vista por lo que puede ver muy poco. “Tengo más de 40 años en esta actividad”.

Dice que fue operada de sus ojos, pero no logró recuperar mucho de su vista. “Casi no veo nada, pero sigo vendiendo porque necesito el dinero para mantenerme”.

Comenta que aunque es poco lo que gana, “por cada rollo de verdolagas que vendo me gano unos 3 pesos, pero aun así debo seguir solventando mis gastos médicos”.

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Alegre y gritona, pese a sus problemas de salud, dice que es una mujer agradecida con la vida y quienes la apoyan, “porque sus clientes pasan todos los días y le compran y eso es algo que me ha permitido mantenerse por años”.

Lo que más le da orgullo, dice, es que ha trabajado de forma honesta y eso le será recompensado, “me gano unos pesos que me sirven para vivir, porque no puedo quedarme sin hacer nada, debo sentir que soy alguien que puede seguir adelante, pese a los problemas de salud que enfrento. Mire seguiré vendiendo hasta el último momento que pueda porque ha esto me he dedicado por muchos años”.