Con 47 años de servicio, Roberto Fernández Carrera ha sido parte de la historia en la Unidad de Humanidades de la UV. Llegó a trabajar a este lugar cuando tenía 15 años como ayudante de carpintero y con el paso de los años obtuvo su base como administrativo.
“Imagínese a cuántos universitarios he visto egresar, me tocó ver nacer a esta unidad. Llegué como trabajador de la construcción en 1974. Nuestro grupo hacía tarimas y pizarrones para los profesores, era una bonita época y me dio experiencia”, cuenta.
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¿A qué edad llegó a trabajar Roberto Fernández Carrera?
Posteriormente en el año 1977 logró entrar a laborar ya como personal de base e integrante del Sindicato de Trabajadores al Servicio de la Universidad Veracruzana (Setsuv).
Desde entonces, Roberto Fernández Carrera ha trabajado en estas instalaciones universitarias por 47 años. Se considera parte de la historia de la Unidad de Humanidades de la UV.
“Cómo no, si llegué a trabajar a este lugar cuando tenía 15 años. He visto pasar numerosas generaciones de profesionales de Antropología, Pedagogía, Historia, Sociólogos y Pedagogía, cuando esa facultad estaba en este lugar, entre otros muchos. Me tocó ver nacer esta unidad. Fui parte de todo”, señala orgulloso.
Relata que los cambios han sido muchos ya que ahora hay más carreras, más profesores y estudiantes que antes.
Además recuerda que durante muchos años hubo una gran actividad política en las instalaciones universitarias y que en esas aulas nacieron y se planearon numerosos movimientos sociales que buscan el mejoramiento de la sociedad.
¿Cómo era hace 47 años el ambiente estudiantil?
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“Hace 47 años había una gran actividad. Tenía poco años de ocurrido el Movimiento Estudiantil de 1968, la mayoría de los estudiantes eran revolucionarios y rebeldes, situación que ahora ya no sucede, los chicos son más tranquilos y ensimismados”.
Lo que extraña de esos años pasados, dice, es que antes se conocían más los trabajadores, maestros y alumnos porque era una población mucho menor, “ahora como que todos son más sosegados”.
Todo ha cambiado y lo mejor es que considero que los jóvenes tienen más oportunidades para superarse
Explica que él no logró terminar su educación profesional, dejó trunca la carrera de Ingeniería, pero aún así considera que antes todo era mejor porque todas las clases eran presenciales mientras que ahora ahora hay muchos cursos que son en línea y eso incide en que haya una menor interacción social.
“Es cierto que el mundo ya no es igual y tras la pandemia todos sufrimos por alguna situación, pero en mi opinión la educación pierde mucho cuando no se da de forma presencial”.
La Unidad de Humanidades es parte de su vida, conoce cada rincón, muchas historias de estudiantes y profesores, cada edificio, porque han sido cuatro décadas de trabajo y de esforzarse por apoyar a sus compañeros y a los estudiantes.
“Se dice pronto, pero la verdad es que ahora que estoy tramitando mi jubilación me da nostalgia pensar en que han pasado tantos años desde que llegué aquí a construir pizarrones y este lugar me abrió un mundo innovador y conocer a muchas generaciones de estudiantes que llegaron con el sueño de terminar una carrera y lograron, aunque hubo mucho que no, pero fueron los mínimos y por distintas circunstancias, caminar y recorrer cada pasillo ha sido un trabajo que pasó sin darme cuenta y que me dejó una huella que llevaré por siempre”, concluyó.