Optimista y ocurrente, Esteban León Ramírez comienza a trabajar desde las 6 de la mañana. A esa hora abre su negocio de bolear zapatos. Instalado a un costado del mercado Jáuregui explica que le conviene llegar temprano “porque es el momento en que pasan empleados de gobierno y tiendas para que les deje reluciente su calzado, porque más tarde hay menos chamba".
Trabajando en este lugar, comenta, lleva más de diez años, “antes era barrendero en la zona y un día vio que la silla estaba vacía y preguntó si podía adquirirla, entonces el propietario, que ya no podía atenderla, me la rentó”.
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Con el paso del tiempo logró comprar la silla que es básica para realizar su trabajo. “Aquí se sientan los clientes cómodamente para que les de brillo a sus zapatos”.
¿Cómo es el procedimiento para bolear unos zapatos?
En este momento una boleada está en 20 pesos, la sencilla. Explica que sí hay clientela para su oficio, “a muchos les gusta la sensación de sentarse a platicar un rato mientras les doy brillo a sus zapatos o botas, aunque también se sientan mujeres para pintar sus zapatillas”.
Indica que aunque su clientela es variada, son más los varones mayores a quienes les gusta seguir esta tradición. También hace cambio de color del calzado que tiene un costo de 70 pesos. Puede ser de azul, café o rojo a negro. Este trabajo le lleva unos 40 minutos.
También llegan jóvenes y no tan jóvenes para lavar sus tenis blancos de piel con jabón de calabaza, esto es para que queden como nuevos, se les quitan las manchas, este trabajo que es el más complicado porque hay que tallar muy bien y lo cobra en 30 pesos.
Esteban León comenta que en un buen día se lleva 200 pesos, “lo que se pesque está bien, pero ahora con las lluvias llega la temporada mala para ellos, porque disminuye el número de clientes que buscan darle brillo a sus zapatos".
Comenta que este oficio de bolero es muy antiguo, viene de tiempos atrás en los que la gente tenía la costumbre de vestirse más formal, “pero todavía hay muchos que gustan de traer los zapatos a todo brillo”.
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Aquí vienen muy temprano, antes de comenzar a trabajar, quienes trabajan en tiendas como Coppel o Chedraui y de las oficinas de gobierno, ellos pasan bien temprano, por eso llega a las 6 "para sacar mi silla y demás insumos para esperarlos y comenzar a trabajar”.
En los actuales días de lluvia, comenta que mejor cierra y se encamina a su casa en la colonia Emiliano Zapata, “porque no se aparece nadie a bolear sus zapatos, ya será al otro día que me vaya mejor”, concluyó.
