Veracruz, Ver.- La conocen como “la güera de los tacos” y aunque cuenta con dos carreras profesionales, los últimos 23 años se ha dedicado a vender tacos de guisado frente a la Facultad de Educación Física en Boca del Río; trabajo que le ha permitido llevar una vida cómoda pero a base de mucho esfuerzo y sacrificio para sacar adelante a su hijo.
Dora Toral Hernández es “la güera” que cada mañana atiende un puesto de tacos de guisado en la esquina del Mar del Norte; es alegre, platicadora y conoce muy bien a sus clientes, que van desde alumnos, maestros y algunos trabajadores que andan en ruta y aprovecha para desayunar.
¿Cuál es la historia de la "güera de los tacos" en Boca del Río?
Reconoce que aunque disfruta de su trabajo, nunca se imaginó que terminaría vendiendo tacos pues estudió dos carreras, Diseño Gráfico y Trabajadora Social; y antes de dedicarse a esta actividad, se empleó en algunas empresas veracruzanas, entre ellas una agencia aduanal.
Sin embargo, tuvo que dejar todo para irse a vivir a otro estado, donde se le había prometido una mejor calidad de vida.
“Yo estaba trabajando en una empresa en el área de Recursos Humanos, pero la familia del que era mi pareja, nos comentó que le estaba yendo muy bien en Acapulco vendiendo tacos afuera de una escuela, nos dijeron que era un buen negocio y que había oportunidad, nosotros con el fin de mejorar nuestra vida nos fuimos para allá, pero la verdad es que no nos fue tan bien, al final la familia de mi ex no nos ayudó”, expresa.
Menciona que su padre en sociedad con un amigo vendía tacos en la esquina de Urano y Juan Pablo, era un buen punto de venta, así que como ella y su esposo no la estaban pasando bien en Acapulco, les pidió regresar para “echarse la mano acá”.
“Mi papá vendía tacos en Urano y se hizo de muchos clientes, así que me llamó para decirme que me regresara porque no nos estaba yendo bien en Acapulco y fue que regresamos, empezamos el negocio, mi papá, mi ex y yo, empezamos juntos y nos movimos para la calle de Educación Física, estuvimos en varias esquinas hasta que nos colocamos aquí, ya tenemos más de 16 años”, indica.
Menciona que el emprendimiento lo inició con su padre y su expareja, pero su padre falleció hace unos años y su ex pareja se fue a hacer una vida sin ella, así que tuvo que trabajar el triple para superar la ausencia y sacar adelante a su hijo.
“Nunca pensé en tener este negocio que poco a poco ha ido progresando, no soy millonaria, pero de aquí ha salido para salir adelante, me separe de mi esposo y me quede con mi hijo y por él le seguí echando ganas, ya tengo aquí 23 años y no sabes todo lo que he vivido, he tenido momentos muy difíciles, pero también alegres, mis clientes principales son los estudiantes, he conocido generaciones enteras que han regresado ya con sus hijos”, externa.
Aunque con profunda tristeza y la voz quebrada, señala que le costó muchos años estabilizarse y consolidar su negocio como uno de los preferidos de la zona, pero todo ha sido a base de mucho esfuerzo pues el trabajo lo hace ella con sus propias manos, sin la ayuda de nadie.
“Me costó muchos años, ya los últimos cinco años puedo decir que estoy bien, pero no ha sido fácil, me quedé sola, sin mi padre, ni el papá de mis hijo, tuve que aprender a soltar y ser muy fuerte, yo hago todo, me paro a las cuatro de la mañana, preparo 16 guisos y a veces o tengo empleadas, fíjate que ya casi nadie quiere trabajar”, comenta.
Además de la venta de tacos, también vende productos de belleza y los ofrece entre sus clientes, pues es un dinero extra que se gana.
“Me siento una guerrera porque me caigo y me vuelvo a levantar, me critican que vendo de todo pero peor es andar pidiendo prestado, andarse quejando y no hacer nada, yo lucho porque todo lo que tengo y he tenido ha sido porque he trabajado, nadie me dice ten, yo sola con mi hijo”, puntualizó