Cada 20 de enero se celebra a San Sebastián, el Santo que "protegió" a Veracruz de la peste, pero además, es un patrono muy querido por soldados y atletas, así como en Roma y otras ciudades alrededor del mundo; te contamos su leyenda.
Cabe destacar que en la Catedral de Veracruz, existen dos imágenes de este santo. Hasta mediados del siglo XIX, se tenía la costumbre de sacar la imagen de este mártir a las calles más conocidas del puerto para realizar una procesión, además, varios hombres cargaban un árbol, para simbolizar el sitio donde lo condenaron a muerte.
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¿Cuál es la leyenda de San Sebastián?
San Sebastián nació en el año 256 en Roma, Italia, su nombre quiere decir ‘digno de respetar, venerable’. Fue un militar sobresaliente y jefe de la guardia imperial romana durante el gobierno del emperador Diocleciano, quien fue el autor de la llamada ‘Gran Persecución’, que se trató de la última y más sangrienta guerra en contra de los cristianos.
Sebastián, a pesar de ser un militar, sentía gran devoción por la religión cristiana e incluso se encargó de proteger a los fieles que iban cayendo durante la batalla antes mencionada, sin embargo, su fe siempre fue un secreto, hasta que un día fue traicionado y terriblemente señalado.
Diocleciano y Maximino, las máximas autoridades de esa época, le ofrecieron a San Sebastián otorgarle su perdón, pero a cambio debía renunciar a su fe cristiana.
Él no aceptó, por lo tanto, fue retirado de su cargo y lo condenaron a muerte. El día de su ejecución, lo ataron a un árbol y le comenzaron a disparar sin piedad varias flechas, las cuales hirieron varias partes de su cuerpo.
Más tarde, cuando lo daban por muerto, varias de las personas a las que había ayudado retiraron su cuerpo del árbol y lo llevaron a la casa de una creyente.
Para su sorpresa, San Sebastián continuaba con vida. Una cristiana llamada Irene se encargó de curar las heridas provocadas por las flechas. Sus conocidos le dijeron que debía irse de Roma si quería sobrevivir, pero él no aceptó, pues deseaba seguir venerando a Cristo.
Se presentó con el emperador, quien creía que había muerto y ese fue el fin del mártir.
Maximino lo mandó a matar por varios soldados, quienes al terminar con él, lanzaron su cuerpo al lodo. Los cristianos que admiraban al santo lo recogieron y se encargaron de sepultarlo en la Vía Apia, en unas catacumbas, las cuales actualmente todavía se encuentran en Roma; allí varios fieles acudían para pedirle que terminara con diversas enfermedades.
¿San Sebastián protegió a Veracruz de la peste?
De acuerdo con el ex vocero de la Diócesis de Veracruz, Víctor Díaz Mendoza, quien lamentablemente falleció en enero de 2021, expresó en una ocasión que San Sebastián fue la imagen que salvó a los veracruzanos de la peste en el siglo XVI (cuando Veracruz estaba amurallado), pues los habitantes se encargaron de invocarlo y pedir por su existencia. Debido a lo anterior, fue nombrado el Santo Patrono de las tierras veracruzanas.
Después de que la entidad logró superar esta epidemia, los habitantes solían pedirle que erradicara padecimientos que solían afectar a la población, pues la constante llegada de barcos traía consigo diversas enfermedades.
Hoy en día, varias autoridades religiosas continúan haciéndole peticiones al mismo santo, incluso cuando recién comenzaba la pandemia, solicitaron su ayuda para proteger a los veracruzanos del Covid-19.