Si vives en Xalapa, no importa que no hayas nacido aquí, con disfrutar un rato de las maravillas que tiene la ciudad ya con eso eres ¡bienvenido! Pero recuerda que para poder presumir que eres xalapeño de corazón, por lo menos te debes saber alguna leyenda de la ciudad, esas que asustan a los más pequeños y ponen a pensar a los adultos, ¿nada? ¿Ninguna? Ta ayudamos.
El siguiente relato no tiene año, pero si un fecha en calendario, se dice que todo ocurrió un 24 de junio en la zona de la colonia Progreso, uno de los lugares emblemáticos de la ciudad y que debes visitar por lo menos una vez en la vida es el Cerro de Macuiltépetl, primero por lo bellos y para apreciar la vista desde su mirador, aunque dicen que también existe una cueva embrujada.
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Cerro de Macuiltépetl: la cueva embrujada llena de oro
No podemos dejar de lado que en muchas historias donde se ve envuelto el dinero u objetos de valor, la avaricia es el principal aliciente para que todo termine mal y ésta ocasión no es la excepción, en el relato que te vamos a presentar, la necesidad o simplemente las ganas de tener más le dejaron una dura lección a una mujer de la cual no pudo recuperarse.
Todo comenzó la mañana de un 24 de junio en la zona del Cerro de Macuiltépetl una señora que dicen era de bajos recursos, realizaba un recorrido por el lugar, ya sea para despejarse o en busca de apoyo para poder llevar alimento a casa por lo menos en ese día, pero no contaba con que la vida le daría una oportunidad que no podría rechazar.
Al no conseguir nada y tras caminar varias horas por el lugar, la mujer se llenó de miedo y preocupación porque ese día no podría llevar nada a comer a casa, por lo que su hija pequeña se quedaría con hambre, así que antes de continuar con su camino decidió sentarse a descanso un momento, cuando de pronto ante sus ojos se como por arte de magia ¡se encontró una cueva!
Al ver el lugar la mujer curiosa entró a ver lo que se encontraba ya que no era la primera vez que visita el cerro y nunca se percató de ese lugar, cuál fue su sorpresa que al llegar casi al final del camino se encontró mucho dinero, algo que la sorprendió y la primera sensación que tuvo fue de descanso, había encontrado la solución a sus problemas.
Fue en ese momento que llegó la avaricia ya que en lugar de sacar el dinero que pudiera y así comprar comida para su familia, en ese caso su hija, decidió no tocar nada y fue rápido a su casa en busca de ayuda, pero la envidia se apoderó de la mujer y mejor esperó a que llegara la noche para poder sacar todo el dinero sin que nadie la viera.
Cómo la cantidad de dinero que había era demasiada, la señora se llevó a su hija para que la ayudara, lo que no contemplo es que al ser solo dos, la cantidad seguía siendo mucha para llevársela en un solo viaje, por lo que optó por dejar a su hija sacando el tesoro mientras ella se llevaba una parte a casa.
Pero a su regreso lo que era alegría se convirtió en ¡terror! Cuando al llegar a la cueva ya no estaba y con ella había desaparecido su hija, sin dejar rastro alguno, la mujer la buscó por todos lados sin lograr encontrar a su pequeña, se dice que muchos la vieron recorrer el lugar cientos de veces buscando la cueva, que solo ella pudo ver, pero no la encontraba.
Hasta que llegó el Día de San Juan, justo en ese momento la señora por fin logró encontrar la cueva y desesperada entró a buscar a su hija, la cual estaba ahí jugando tranquila, al verla la mujer la tomó en sus brazos y se dispuso a sacarla de ahí, pero fue nuevamente la avaricia la que domino sus sentidos y al ver que todavía había dinero, tomó una parte del tesoro.
La tragedia acompaño a la mujer al salir de la cueva ya que al salir y que la luz del sol las iluminara, su hija, la cual llevaba en brazos como una espejismo o un fantasma, la niña se hizo polvo y desapareció al instante.