La historia que te vamos a presentan nos lleva tiempo atrás en la ciudad de Xalapa, nos ubica en la zona del parque Los Berros y comienzan cuando vecinos del lugar deciden construir una capilla; lo que comenzó como una historia espiritual y con buenas intenciones, terminó con el trágico final de un amor que ¡nunca se tuvo que dar! Te contamos.
Recuerda que las leyendas son historia, en algunos casos de fantasía o historias que al ser contadas mediante la llamada “tradición oral” tienden a convertirse en relatos fantásticos que nunca decepcionan a las personas que los escuchan, en ésta también habrá fantasmas y una historia de “amor”, que desde el principio estaba mal.
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Leyenda del parque Los Berros, ¿por qué se aparecen dos fantasmas?
Nuestra historia nos lleva a un Xalapa del pasado, en los que México era considerado la Nueva España; en el que todavía había espacio para construir, en esa ocasión los vecinos del lugar decidieron edificar una pequeña capilla que estaba cerca del parque, al terminarla, comenzaron en la búsqueda de alguien que se hiciera cargo de ellas, la opción adecuada era un párroco.
Si bien no se tiene información del por qué muchos sacerdotes rechazaron la invitación para hacerse cargo de la capilla, al final tuvieron una respuesta favorable, tras varios meses de búsquedas y decepciones, los habitantes de la zona del parque Los Berros dieron con el párroco que se haría cargo de cuidar el lugar, oficial misa y demás ceremonias religiosas.
Leyenda del parque Los Berros: el sacerdote que nunca debió llegar a la capilla
Luego de tantos contratiempo y rechazos los feligreses lograron dar con el elegido para llevar las riendas de la capilla, fue un sacerdote que recién salía del seminario el que dijo, sí; por lo que ya con alguien encargado del lugar, podría comenzar con las actividades en la capilla, pero el gusto no les duró mucho tiempo.
Ya que un día, comenzaron a llegar nuevo feligreses, entre ellos iba una niña de 12 años la cuál por su belleza despertó en el sacerdote un sentimiento que no había conocido, algo que lo dejó preocupado, ¿enamorado? Es algo ¡imposible! ¡Ilegal! ¡Atroz! Pero no se dejó llevar por sus impulsos, por lo menos no en esos años.
El cura decidió esperar un tiempo hasta que la niña llegó a la mayoría de edad, luego de varios años y con una relación de amistad, la joven acudía a misa no sin antes confesarse, mientras el sacerdote no podía olvidar ese sentimiento, el cual ya no solo era curiosidad o un enamoramiento “inocente” ya se había vuelto una obsesión, la cual no iba a terminar de buena forma.
Pasado el tiempo la joven conoció al amor de su vida un hombre que llegó de la “Vieja España” que vino solamente a conocerla, fue tal la atracción que no tardaron mucho en formalizar su compromiso y hacerlo público.
Noticia que al llegar a los oído del sacerdote, no le cayó nada bien, ya que su obsesión por ese amor prohibido el cual en algún momento, tenía la esperanza de hacerlo realidad, se iba a esfumar y era algo que no podía permitir.
Leyenda del parque Los Berros: una confesión que le costó la vida
Como es costumbre antes del matrimonio por la iglesia los novios deben confesar sus pecados ante el sacerdote, y justo eso iba a hacer la joven, desde el momento que llegó a la capilla el sacerdote se mostró enojado y muy cortante, la recibió en el confesionario previo al día de la boda y durante la confesión no se pudo contener, al grado que se le fue encima queriéndola besar.
La joven se resistió lo más que pudo, pero la fuerza del párroco terminó por doblegarla, y no se lo se quedó en el beso, luego de conseguir su fechoría el ataque escaló al grado de abusar sexualmente de ella; al final los gritos de auxilio fueron interrumpidos por una fuerte tormenta que azotaba la ciudad, llena de fuertes rachas de viento, rayos y truenos.
Al terminar su crimen, la culpa invadió la conciencia del sacerdote que desesperado por saber lo que hizo y las consecuencias que traería consigo, sin pensarlo y cómo única forma de escapar del castigo, asesinó a la joven la cual había entrado, pero ya no iba a salir de la capilla y luego el cura se quitó la vida.
Por eso motivo cuentan los que saben, que si pasas por el parque Los Berros durante una noche de neblina, lluvia y frío, podrás ver a dos fantasmas que recorren el lugar, una buscando al amor de su vida, mientras que la otra pidiendo perdón y buscan liberarse del castigo por el crimen cometido.