El municipio de Perote durante los últimos meses del año, con la llegada del invierno, se pinta de blanco debido a las nevadas, baja su temperatura y con ella llegan también la neblina, por lo que es el momento ideal para recordar algunas leyendas locales, historias que la población cuenta y pasan de generación en generación para perdurar en el recuerdo de los habitantes.
¿Dónde se ubica el municipio de Perote?
Este municipio se ubica a cerca de dos mil 400 metros sobre el nivel del mar, es zona montañosa por ese motivo el clima frío prácticamente todo el año, está rodeado por las municipio de Altotonga, Villa Aldama, Jalacingo, Las Vigas de Ramírez al norte, al este colinda con Acajete y Tlalnelhuayocan, al sureste Xico, mientras que al sur esta Ayahualulco, mientras que Pueblo lo ubicas al oeste.
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Si clima es frío-seco-regular con una temperatura promedio de 12 grados centígrados, entre sus monumentos históricos encontramos la Parroquia de San Miguel, que tiene una escultura del Arcángel San Miguel y no podemos olvidarnos de la Fortaleza de San Carlos que se construyó en el siglo XVIII.
Pero no podemos hacer a un lado, los pequeños rincones del municipio, sus parques, calles y las casas que hacen del municipio un lugar bonito para visitar si de historia quieres conocer, es en este momento cuando te recordamos que los cuentos y leyendas, son historias de fantasía, que muchos veces no se pueden comprobar, pero claro que no sacan un susto cada que las cuentan.
La Leyenda de “El Bosquecito”
La historia nos lleva al Parque Ejidal Emiliano Zapata que se ubica en la Calle Álvaro obregón en la colonia Los Pinos de Perote, Veracruz, también es conocido como “El Bosquecito” es un santuario de la naturaleza que visitan turistas y habitantes del municipio, pero no muchos conocen ese tenebroso relato que te vamos a platicar a continuación.
Cuentan que hace tiempo antes de que el Parque Ejidal fuera lo que es hoy, existían en la zona de “El Bosquecito” unos lavaderos, algo común que existían en las localidades para que sus habitantes pudieran lavar su ropa, en esos tiempo las encargadas de visitar los lavaderos eran las amas de casa, en varios casos algunas iban acompañadas por sus hijos.
Fue en un desliz, un momento de desconcentración, que originó este tétrico relato ya que se dice un niño jugaba con su pelota mientras su mamá terminaba de lavar, pero al perder el control de su juguete optó por perseguirlo, sin darse cuenta que cerca de donde jugaba estaba un tanque de agua.
En un abrir y cerrar los ojos, la madre del niños solo escuchó el ruido que hizo el chapuzón cuando el pequeño cayó dentro del tanque, haciendo todo a un lado, corriendo despavoridamente trató de ayudarlo a salir, pero ya era tarde, el niño había perdido la vida ahogado tras pocos minutos de caer.
Se dice que tras el trágico accidente en “El Bosquecito” años después vecinos y turistas que pasan por el lugar a altas horas de la noche, han visto a un niño jugando con su pelota, sentado en las gradas o columpiándose en los juegos que ahora tiene el lugar, solito, esperando regresar a casa con su mamá.