Desde la conocida historia de “La llorona” y “El Charro Negro” hasta “La Planchada”, “de Los Duendes”, “La Mulata” o “El autobús fantasma”, prácticamente todo México se encuentra repleto de un sinfín de historias que han pasado de generación en generación.
Pese a que cada estado y municipio resguarda un relato muy local, seguramente en más de una ocasión has escuchado que muchos de ellos concuerdan, con ciertas variaciones, por lo que muchas veces ponen en duda “su autenticidad”.
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Aunque en México una de las más conocidas es la historia de “La Llorona”, este relato también cuenta con varias versiones fuera del país, pues prácticamente esta se ha vuelto en un mito en toda América Latina.
Sin embargo, si de historias “repetidas” o “similares” hablamos, no se puede dejar a un lado aquel popular relato del “puente del diablo”, pues prácticamente en cada pequeño pueblo o ciudad que se encuentre uno, se cuenta una historia similar.
¿Cuál es el relato del puente del diablo y en qué zonas de Veracruz se cuenta?
Aunque cuenta con algunas variaciones en cada municipio, Veracruz es una de las regiones del país donde más se cuenta esta historia como Ixtaczoquitlán o Tonalá, sin embargo, Coatepec y Omealca destacan por este relato.
En ambas historias se relata el proceso para su construcción. En Omealca, este puente se ubica entre la avenida Miguel Hidalgo y la calle del Ejido, conocido también como el puente de Río Blanco. En Coatepec, éste se encuentra en la localidad El Grande y destaca por su construcción durante la época colonial.
En la historia narrada en Coatepec, la principal diferencia radica en la presencia de don Francisco de la Higuera, dueño de uno de los ingenios de la zona y a quien se le había aparecido el diablo, que a cambio de su alma, se ofrecería para realizar dicha construcción.
Al ser una necesidad no solo para el dueño del ingenio, sino también para otros pobladores, el hombre aceptó la propuesta, sin embargo, le puso la condición de que el puente debía ser terminado en una noche, justo antes de que los gallos cantaran.
Posteriormente, justo antes de que amaneciera, el hombre envió a un peón para que hiciera cantar a un gallo, logrando así engañar y librarse del acuerdo que habían tenido. Al verse descubierto, el diablo no pudo quedarse con su alma ni concluir la obra, por lo que intentó derribar parte de la estructura, sin embargo, no lo logró. Se menciona que únicamente dejó unas marcas en la parte de los cimientos.
Es importante mencionar que este puente, y la zona en general, han sido señalados por múltiples accidentes automovilísticos, además de que se han localizado diversos cadáveres.
¿Qué ocurre con la historia narrada del puente de Omealca? Aunque tiene prácticamente el mismo desenlace, aquí se menciona a un arquitecto francés que tenía la tarea de construir dicha obra con la finalidad de poder comunicar a la zona de Omealca con otras comunidades.
Aunque avanzaba en la construcción, el hombre se encontraba preocupado debido a que fue amenazado, pues si no lograba terminarlo en la fecha pactada, él sería asesinado junto a su familia.
Sentado a la orilla del río dijo: “daría mi alma al diablo por terminar”, cuando fue interrumpido por una voz que le aseguró que si realmente era cierto lo que decía, a cambio de su alma, el puente sería terminado justo antes de que cantara el primer gallo y amaneciera.
Una vez aceptado el acuerdo, ocurre lo mismo que en la historia narrada en el puente de Coatepec, pues la esposa del arquitecto hizo cantar a un gallo justo a unas horas después. Al escuchar el canto, el diablo se desvaneció dejando inconcluso el puente y con una marca en la parte de abajo.
¿Tú cuál crees que sea el puente con la verdadera historia?