Una tradición que se pierde con el paso de los años es la de vestir a los Niños Dios para realizar la ceremonia de levantarlo del nacimiento antes del 2 de Febrero, expone Rocío Díaz Martínez, quien por 18 años se ha dedicado a arropar a estas figuras religiosas.
Un cambio que nota en los últimos años, comenta y añade que solo personas adultas le llevan el Niño Dios para que lo vista; los jóvenes ya no toman en serio estas tradiciones que han pasado de generación en generación por las familias católicas.
La propietaria de Novedades Chío, en el mercado Jáuregui, de esta ciudad, señala que con el paso de los años ha notado cambios en los hábitos y tradiciones de las familias xalapeñas.
Anteriormente, dijo que tenía otro giro de trabajo, pero al notar hace 18 años que había demanda de esta actividad, decidió dedicarse a ello y compró todo el material que requería.
Antes eran las mamás y abuelitas las que mantenían viva la tradición, pero ya no es así. Se notaba, dijo, que había amor al niño Dios y conforme pasa el tiempo ya no se nota esa situación.
En su local tiene distintas vestimentas, pero comenta que este año los sacerdotes han exhortado a los católicos a no arroparlos con la vestimenta de los distintos santos sino como a un bebé, con ropones o vestimenta tejida blanca.
La situación, señala, es que muchos ya lo vestían con ropa de adultos y eso no está bien. “De lo que se trata es de venerar al niño Dios y esa idea original se estaba quedando en el olvido”, agregó.
Indicó que cuando le llevaban al niño le pedían que lo vistiera con la ropa tradicional de santos como el niño Doctor, Divino Niño, Sagrado Corazón, San Judas o San Benito.
No faltó quien lo vistiera de futbolista o de oficios como barrendero, dentista o electricista, pero en su caso no lo trabaja, porque le gusta conservar las tradiciones religiosas y no salirse a lo pagano.
Expone que la ropita que utiliza la adquiere con varios proveedores de Puebla y la Ciudad de México.
De los costos, señala que el más grande puede salir entre 250 pesos o 700, depende de la ropa que pidan, de las telas, de la hechura y los accesorios que piden.
Dice que en estos ha estado todo tranquilo, que después del 6 de enero hubo trabajo, pero se calmó y ahora espera que los días previos al 2 de febrero se incrementen.
"Todo va bien"
Por su parte, María Lourdes Romero González, quien también tiene un local en este mercado que viste a los niños Dios, dijo que lleva 35 años vistiéndolos.
En su opinión, muchos xalapeños todavía conservan esta tradición, lo que sí ha notado es que ahora buscan la ropa más barata, para evitar gastar, porque es la cuesta de enero.
En su local, dice que tiene más de 50 vestimentas distintas para los niños Dios.
Los básicos, ahora son los de bebé, ropón y mamelucos tejidos son los más buscados, porque así lo han pedido en las iglesias de la Arquidiócesis de Xalapa.
Remarca que la actividad está lenta, pero espera que en las siguientes semanas mejore la llegada de las personas con su niños para vestirlos.