Orizaba, Ver. - Gustoso por la astronomía, literatura y amante de la música y su composición, Francisco Gabilondo Soler “Cri - Crí”, logró tomar momentos de su infancia y vivencias varias de su tierra natal Orizaba, para la creación de canciones que hoy en día son representadas y escuchadas en el Museo que lleva su nombre.
Ubicado en parte inferior del ala poniente del Poliforum Mier y Pesado, el Museo Francisco Gabilondo Soler alberga maquetas y figuras de papel maché hechas por artesanos orizabeños, que ilustran aproximadamente 70 de las canciones que “Cri - Cri” hiciera durante su carrera musical.
El museo fue fundado en mayo de 2017 y desde entonces es uno de los más visitados por originarios de Orizaba, la región, la República Mexicana e incluso el extranjero, recibiendo a gente de Estados Unidos, Argentina y España.
Fabiola Olivares Rivera, encargada de Museos de Poliforum Mier y Pesado, refiere que el museo del “Grillito Cantor”, es buscado por personas de todas las edades que llegan ahí para poder conocer la historia del cantautor infantil, la visión que tenía de sus personajes y ver objetos personales del mismo. Sin embargo, reconoce que Cri-Crí es recordado en su mayoría, por la generación de adultos que tienen 40 años en adelante.
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Sobre el museo, explica que son 66 las canciones representadas a través de maquetas, espacios musicalizados o sets mientras que en medio del museo están unos árboles que albergan a los personajes de Gabilondo Soler.
Todos estos trabajos fueron hechos de papel maché por un maestro piñatero, así como de pasta porcelana fría y plastilina, de manos de artesanos de la ciudad.
¿Qué encontrarás en el museo de Francisco Gabilondo Soler?
A la entrada del museo se encuentra una línea del tiempo que habla de la vida de Gabilondo Soler. Detalla también su paso por la tauromaquia y el interés que Walt Disney tenía para hacer películas de los personajes que el orizabeño creó.
Desde un ratón que usaba botas, sombrero vaquero y que hablaba en inglés hasta un perro que tenía dolor de muelas, pasando por una patita que traía un rebozo de bolitas y una muñeca olvidada en el rincón de un viejo ropero, fueron los personajes que nacieron desde las composiciones musicales y letras del orizabeño.
Dentro del museo, cada una de las canciones está ilustrada en personajes de papel maché o maquetas pequeñas de porcelana fría, que ilustran, cómo imagina Gabilondo Soler, a sus personajes con base en la letra que él realizaba.
La entrada del museo es enmarcada por una línea del tiempo, seguido de los árboles de papel maché donde existen sus personajes y a su alrededor las pequeñas maquetas sobre bases de madera, además de los sets donde las canciones como “Cucurumbe”, “Negrito Bailarín”, “Negrito Sandia”, “Abuelita”, “El Ratón Vaquero”, “Che Araña”, por mencionar se escuchan cuando los visitantes se acercan a estas “celdas”.
Cabe destacar que fueron 210 canciones las que Gabilondo Soler creó tomando de inspiración los animales, su entorno social y la creatividad que lo representó, incluso, en su momento, cuando se dedicó a la tauromaquia bajo el nombre de “El Estudiante”.
En las instalaciones del Museo Francisco Gabilondo Soler se encuentran los instrumentos, como el violín, que fue donado por su familia, así como hojas de puño y letra del cantautor.
La entrada al museo tiene un costo de 25 pesos en admisión general, sin embargo, para las personas de Orizaba es gratuito y basta con presentar su identificación.
Cabe recordar que Francisco Gabilondo Soler nació en Orizaba el 6 de octubre de 1907 y falleció en el Estado de México en 1990. Su producción estuvo siempre enfocada en composición musical para el público infantil.
En 1934, inició su carrera como conductor de radio de la estación XEW, en la que permaneció durante 27 años. Fue en ese año cuando hace su primera aparición Cri-Cri,, en el que narraba historias y dedicaba canciones de su creación a su audiencia, por lo que en este año, el famoso Grillito Cantor cumple 90 años de existir.
Nota publicada originalmente en El Sol de Orizaba