Los turistas que admiran la Torre Eiffel se quedan estupefactoscuando descubren que las autoridades de París han lanzado unaguerra sin cuartel contra las ratas, necesaria para unos pero queotros califican de "genocidio".
Para luchar contra el "reciente aumento de la presencia deratas", el ayuntamiento de París cerró varias plazas y jardinesde la ciudad, incluyendo el Campo de Marte, junto a la TorreEiffel.
"¡Ya era hora!", se felicita Fabiola. "Tengo 40 años y nuncahabía visto ratas a plena luz del día. Antes se escondían peroahora uno las ve pasearse tranquilamente en pleno día".
Georges Salines, responsable de Salud del ayuntamiento deParís, reconoce a la AFP que las ratas proliferan cuando hay"comida en abundancia". "Las ratas se multiplican muy, muyrápido. Mientras haya comida, agua y lugares para hacer susmadrigueras, se van a multiplicar", explica.
Para Salines, el peor problema son los parisinos incorregiblesque siguen alimentando a las palomas desafiando las multas. "Haypersonas que les dan pan a las personas que viven en la calle y queles pagan por alimentar a las palomas", dice el funcionario.
"Hay grupos que apoyan este tipo de cosas", apuntando a quemuchas veces se organizan campañas de 'crowdfunding' para pagarlas multas.
Pero la operación de limpieza no gusta a todo el mundo y eninternet una campaña para "Detener el genocidio de las ratas" yacuenta con 19 mil firmas. Otros lanzan críticas contra laalcaldesa, Anne Hidalgo, por su gestión de la limpieza.
El bloguero de derecha, Serge Federbusch, que ha bautizado a laalcaldesa como "Hidalchaos", critica el estado de "suciedadlamentable de las calles por la desorganización completa ypersistente de los servicios de limpieza".
Aunque la presencia de los roedores supone un problemasanitario, los riesgos son mínimos, según las autoridades.
"La gente tiene miedo de contraer enfermedades a través de lasratas. Pero hay que relativizar. Cuando se mantiene ciertadistancia con las ratas no hay ningún riesgo", explicóSalines.
"La única enfermedad que las ratas pueden transmitir es laleptospirosis", explica Pierre Falgayrac, un experto en la luchacontra plagas, que estima que el riesgo es muy bajo, del orden deuno por 10 mil.
Ratas más resistentes
Además de la cuestión sanitaria, Salines señala que las ratassuponen un "daño visual" y recuerda que estos animales todavíatienen una imagen repulsiva, en parte debido a los episodios depeste negra durante la Edad Media.
"No podemos dejar que nos invadan los bichos, es asqueroso" diceAmandine, de 26 años, asqueada de cruzarse con los roedores en unjardín cerca de su casa. "El Londres, las ardillas sonsimpáticas. Pero una rata no tiene nada de sexy", afirma.
"Cuando hay una emergencia y hay una proliferación de ratas(...) se llevan a cabo operaciones de destrucción, que no gustan atodo el mundo", explica Salines. "A los amigos de los animales noles gusta esto. A mí tampoco me gusta porque a mí también megustan los animales", asegura.
Lise, una danesa que vive en París, no usa la palabra"genocidio" pero sí lamenta "que la naturaleza y las personas nopuedan cohabitar".
"Es normal que haya ratas, está el Sena al lado, es lanaturaleza. La naturaleza tiene que tener su lugar en la ciudad",opina la joven de 29 años.
Pero para el experto en lucha contra plagas Falgayrac, hay unproblema de método. "El ayuntamiento de París puso cebos menosapetitosos que la comida que encuentran en la basura. Por eso lasratas sólo comen un poco y no se mueren", explica. "El resultadoes que se están fabricando ratas que resisten a losanticoagulantes", advierte.
Falgayrac también lamenta una "tremenda falta de cultura ennuestra sociedad sobre las ratas". "A parte de en 'Ratatouille',las ratas siempre aparecen con un cariz negativo", lamenta.