Aunque cada vez hay menos clientes para las peluquerías dado que los jóvenes optan por cortarse el cabello en sitios más modernos, don Isaac Martínez Limón, quien tiene 29 años en este oficio expresa que se mantendrá en la lucha, porque finalmente ofrece un servicio profesional y con un costo accesible.
¿Cómo inició Isaac Martínez en el mundo de la peluquería?
Aprendió este trabajo con otro peluquero, cuando era joven. En la actualidad los que cortan el cabello estudian para ellos y cobran más caro, “pero nosotros, los peluqueros tradicionales, atendemos ofrecemos un buen servicio a los clientes y por ello regresan”.
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Su negocio, la Peluquería Montecarlo, ubicada en Lázaro Cárdenas número 52, en la colonia Benito Juárez, resiste en pie la fuerte competencia que le representan las nuevas barberías que se han instalado en la ciudad.
Señala que sin duda están de moda esos negocios, “pero sus cortes son repetitivos y seguramente pasará a la historia y las peluquerías tradicionales se mantendrán vivas, aunque sean menos cada día”.
En su caso, comenta que tiene clientes que tienen más de dos décadas acudiendo para que les corte el cabello de forma tradicional. “Eso me mantiene adelante. Muchos traen a sus hijos y nietos que seguramente seguirán conmigo, otros no, pero así es la vida”.
Recuerda que hasta hace unos 15 años había poco más de 60 negocios de este tipo en la zona centro de la ciudad. Seguramente ahora serán menos de la mitad, pero es parte de los cambios de hábitos de la población. Todo cambia.
Recuerda que en su caso sus inicios fueron como ocurrían antes. “Entré a trabajar de aprendiz en un negocio que estaba en Ignacio de la Llave. Aprendí y después de varios años me independicé cuando ya tenía un buen número de clientes cautivos”.
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Preferencias
Añora que en esos años había largas filas de hombres de todas las edades los fines de semana para cortarse el cabello. Era como un ritual para los caballeros acudir a la peluquería de su preferencia para este servicio.
En la actualidad, comenta que sí hay negocios que todavía tienen mucha clientela, pero son un poco menos.
Son personas adultas mayores quienes más acuden a estos negocios. Y son los fines de semana cuando más llegan “para ponerse guapos”.
Además, comenta que es especialista en el corte de bigote y barba. Sus costos, dice, son menores a otros establecimientos.
Por un corte sencillo cobra solo 50 pesos. En el centro ya el costo es de 90 pesos, pero él mantiene este precio para mantener a sus clientes cautivos.
Expresa que este oficio le ha permitido crecer como persona, porque siempre está atento a las historias personales y familiares de sus clientes, “porque muchos vienen se sientan y me comentan lo que viven y yo escucho y no opino a menos que sea algo que les aporte algo positivo, esa es mi fórmula para ser alguien importante en sus vida”, concluyó.