Cada cuatro de agosto se conmemora a los búhos, una especie que ha sido demeritada en nuestro ecosistema, pero hay que señalar que cumplen un papel fundamental en el control de plagas y son indispensables para el equilibrio ecológico de las ciudades.
El Instituto de Ecología (Inecol), menciona que en las últimas décadas ha ocurrido algo interesante en ciudades del mundo, ya que se ha captado un aumento en la presencia de búhos en estas zonas. Las que son aves rapaces de noche, eran consideradas un animal difícil de ver en las ciudades, pero hoy en día se observan en jardines, parques, campus universitarios y más espacios urbanos donde no son comunes.
¿Qué caracteriza a los búhos, lechuzas y tecolotes?
Según el Sistema Integral de Información Ambiental del Estado de Coahuila (SIIAEC), los tecolotes, búhos y lechuzas son aves rapaces o carnívoras nocturnas que se encuentran en todo el mundo, con excepción de la Antártida y gran parte de Groenlandia y algunas islas remotas.
Se caracterizan por ser grandes cazadoras, con hábitos nocturnos y solitarias. Su alimentación consiste de pequeños mamíferos, insectos y otras aves, además de que algunas especies tienen dietas de consumo de pescado.
Hay que diferenciar a cada una, ya que las aves rapaces nocturnas o estrigiformes (Strigiformes) son un orden de aves que se integran por la familia Tytonidae (lechuzas) y la familia Strigidae, conde se incluyen búhos, mochuelos, tecolotes, autillos, cárabos, el ñacurutú y el chuncho, entre otras.
¿De dónde proviene el nombre de búho, lechuza y tecolote?
El vocablo estrigiforme, en su etimología, viene del latín strix o striigis, y en griego στριγξ (strinx) o στριγιγγος (striningos), mismas que significan “lechuza”, y por esto se le da ese nombre a este orden de aves, donde se hace alusión a “los que tienen forma de lechuza o búho”.
Eso es en cuanto a lechuzas y búhos, pero la palabra tecolote es un nahuatlismo, lo cual está descrito por la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana. Los sinónimos de tecolote en diferentes lenguas indígenas son: en chontal ju´, en huichol muikurí, en mochó tukuruhu y en náhuatl kuamojmotli, los cuales se usan para denominar a las aves nocturnas rapiñeras, como lo son los tecolotes y las lechuzas.
¿Por qué los tecolotes son considerados aves de mal agüero?
“Cuando el tecolote canta, el indio muere”, según se dice en el refrán popular, pues el canto de esta ave se ha considerado un presagio de enfermedad, muerte y otras desgracias que asustan a los veracruzanos. Aunque esta creencia no es única de nuestra entidad, pues los huicholes de San Andrés, en Jalisco, señalan que la lechuza y los tecolotes son pájaros de la muerte, aves que tiene la capacidad de reconocer todas las enfermedades que viene del oriente y usan las noches para avisar de ellas.
No se conocen datos científicos sobre la relación entre el canto y presencia de estas aves como un enviado de la muerte, pero las leyendas que giran a su alrededor son el motivo que da pie a que sea un pájaro que no es bienvenido en los hogares.
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¿Qué leyendas y creencias hay sobre los tecolotes?
Los mayas cuentan con una leyenda sobre los tecolotes y su relación al anuncio de la muerte. Se dice que en una ocasión el reino de las aves hizo una fiesta a la cual acudió el tunkuluchú, como ellos laman a los tecolotes, y aunque era introvertido, se embriagó junto a las demás aves.
Por el ruido de las aves, un joven se acercó y se unió a la celebración, pero tras embriagarse con las aves, comenzó a hacer bromas y se ensañó con el tunkuluchú, quien lo ridiculizó frente a los demás pájaros, y destruyó su reputación.
En venganza, el tunkuluchú se propuso vengarse de todos los humanos, así que se dedicó a recorrer los cementerios para lograr reconocer el olor de la muerte con facilidad. La leyenda dice que el tunkuluchú emite un canto intenso cuando percibe el olor de la muerte en alguien que tiene cerca.
El silencio y su aspecto fantasmagórico, así como su peculiar vuelo hacen que esta ave sea motivo de miedo, sumándole su peculiar y estremecedor canto, y como toque final el hecho de que la vida nocturna haya hecho que mitos y supersticiones aumenten.
Los nahuas y popolucas en los Tuxtlas, Veracruz, los ven como aves de mal agüero que son enviadas por algún brujo para quitarle la vida a la víctima de un espíritu o hechicero que quiere conducirlo a la muerte. La Biblioteca de Digital de la Medicina Tradicional Mexicana indica que una costumbre de los hechiceros es arrojar lechuzas o tecolotes disecados que han sido rellenas de hojas secas de maíz a los techos de las casa para que los habitantes se enfermen o mueran.
Los totonacas que habitan en Veracruz, específicamente en Papantla, cuentan que los tecolotes son animales con un espíritu malvado que vuela cerca de la casa de una persona que es víctima de brujería, y con su canto le dan el mensaje. Además, permanece un rato para dominar a la persona y hacer que enferme cada vez más, por lo que nadie quiere ver cerca a esta ave.
Los totonacas dicen que para evitar que un tecolote visite una casa y haga el mal, hay que colocar dos machetes cruzados sobre el techo, haciendo que el tecolote se caiga o que no regrese por ese lugar.
En San Luis Potosí, se dice que para evitar desgracias que anuncian los tecolotes, se debe echar al fuego un chile con sal para hacer frente a la desgracia que traen, o también se debe perseguir al animal y apedrearlo. Quien lo haga debe untarse ajo en los brazos para evitar que contraiga una maldición o un mal de esta ave.
Los mochos de Motozintla, Chiapas, cuentan que el tecolote es el animal que acompaña a los curanderos, qaman y adivinos, mientras que la lechuza tiene poderes adivinatorios y es buena con los presagios.
Esa función se le asignó por su actividad nocturna, porque con su movilidad en el vuelo son mediadores entre el cielo y la tierra, pues el de arriba es de los dioses y el de debajo de los hombres. También dicen que los tecolotes no hacen anuncios negativos, solo avisan de la presencia de enfermedades, agresiones, trabajos de brujería y coadyuvan en las funciones de los curanderos.
Los chontales de Tamulté de la Sabana en Tabasco conciben al tecolote como un demonio que esconde los rayos del sol, pues se dice que no le pertenece a Dios, sino al demonio porque es un animal nocturno, el cual se cree que puede ser un brujo que se ha convertido en un ave de la noche para hacer daño a una familia por envidia, pues es comúnmente pagado por alguien que tiene problemas con una persona en particular.
Desde la época prehispánica, estas aves han sido consideradas como un animal que tiene el presagio de la muerte, pues se ve como un mensajero del señor del mundo de los muertos, y puede ser destruido si se ofende o lanzan injurias al ave, ya que así se logra que paren con su temido canto.
¿Qué especies de búhos, lechuzas y tecolotes hay en Veracruz?
No solo sus ojos, su silencio fantasmal o el movimiento de su cuerpo hacen que estas aves nocturnas sean causa de escalofríos, sino que su peculiar canto pone a más de uno mudo del miedo. Sin embargo, científicos y expertos de estas aves apuntan que lo usan para atraer pareja, y no como arma del mal.
En Xalapa hay 3 especies de estas aves, las cuales son el tecolote bajeño, la lechuza del campanario y el emblemático búho café, pues es el que más abunda en la región.
En el resto del estado de Veracruz, las especies de búhos que se pueden encontrar son el búho cornudo, búho gris, búho listado. En el caso de las lechuzas, la lechuza común, la lechuza campestre y la lechuza rayada. Finalmente, los tecolotes que abundan son el tecolote común, el tecolote mexicano y el tecolote serrano.
Además, otras aves de la familia son los cárabos, mochuelos y el búho de anteojos.
¿Conoces algún mito o creencia sobre estas aves nocturnas que vigilan por la noche?