Las bodas son un acontecimiento que dura para toda la vida, una fiesta que esperas recordar por muchos años y sonreír, pero ¿Qué pasa cuando te dejan plantada antes de llegar al altar? Para Kayley Stead la respuesta fue sencilla, enfiestar y dejar todo atrás; luego de llorar por la decepción recordó que la fiesta ya estaba pagada y no iba a desperdiciar la oportunidad.
La joven oriunda de Reino Unido, específicamente de Gales, se enteró a unas cuantas horas que su novio no iba a llegar a la boda, hasta ese momento, su suegro fue el encargado de darle las malas noticias.
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Para Kayley Stead era el mejor día de su vida, estaba alistándose para llegar a la iglesia y gritar a los cuatro vientos el ¡si, acepto! Pero fue cuando se encontraba maquillándose que le llegó la información de que su novio había salido de casa y no regresaba; ella pensó que era normal por los nervios de la boda.
Pasaron los minutos y la tensión creció cuando le dijeron que su suegro estaba al otro lado del teléfono, quería hablar con ella, pero debido a que se estaba preparando para llegar al altar, fue una de sus damas de honor la que atendió el llamado y en ese momento todo cambió, primero le avisaron que el novio estaba bien pero que ya no se iba a presentar a la boda.
Al escuchar la noticia de voz de su amiga, la novia no dio crédito y soltó a llorar de impotencia, luego de una hora de llanto aunado a la tristeza de saber que no se casaría con el amor de su vida, la novia se detuvo a pensar que la fiesta ya estaba pagada, no iba a desperdiciar la inversión.
Acto seguido, se secó las lágrimas y les dijo a sus amigas que no pensaba recordar el día de su boda como algo triste, el “show debe continuar”, por lo que se dirigieron al salón de fiestas y junto a sus familiares y amigos comenzaron el festejo.
Lección de vida
Esa pesadilla se convirtió en un día del que siempre estaré orgullosa. Realmente puedo mirar hacia atrás y sonreír porque siempre me recordará que no necesito el amor de otra persona para ser feliz
, contó la joven galesa.
Al hacerse oficial que la boda estaba suspendida pero que la fiesta seguía en pie, todos los invitados se fueron al salón de fiesta para brindar, la novia bailó con su papá y sus hermanos, además de sacar la frustración con el pastel de bodas, al que le dio algunos golpes.
“No se escaparon, y lo habría entendido totalmente si lo hubieran hecho, pero me apoyaron. Todo el día dijimos que se sentía como un episodio de alguna serie”, finalizó.