Aunque gana poco con la venta de flores es lo que hay y la necesidad es grande, expresa Ricardo Zárate Hernández, quien todos los días trae a la zona centro de Xalapa un buen número de flores y plantas en maceta desde su comunidad San Miguel del Soldado.
Con tan solo 25 años, señala que solo pudo estudiar hasta quinto grado de primaria. Desde los 11 años ha trabajado para ayudar a su abuela y mantener a su hermano menor, un joven de 22 años con discapacidad.
Desde muy temprano instaló su puesto de plantas en las afueras de una farmacia en la avenida Manuel Ávila Camacho. A unos pasos, dice que un vecino lo ayuda y le permite guardar lo que no vende para no andar cargando todos los días desde San Miguel del Soldado, municipio de Rafael Lucio.
Su historia ha sido siempre trabajar. Desde pequeño tuvo muchas necesidades, así que en la escuela no duró mucho. El sostenimiento de su familia era la prioridad, no que asistiera a la primaria de su comunidad.
Su abuela, doña Estela es quien ha trabajado siempre, pero es una persona mayor así que la ayuda y ahora él es quien lleva el sustento para los tres.
No todos los días está en este lugar, afuera de la farmacia. Viene por días, porque otros se traslada a la colonia Rafael Lucio y a Banderilla. Allá también tiene clientes, principalmente, amas de casa que gustan de sus plantas entre las que trae rosales, lengua de suegra, entre otras especies que se venden bien.
Aclara que él no cultiva las plantas, lo hace su tío Emilio, él solo las vende.
Cuenta que a veces logra acomodarse en casas que tienen jardín. Ahí hace trabajos de jardinería y le va bien, porque evita andar cargando las macetas. Además destaca que en muchos hogares que lo contratan le dan los alimentos además de su paga.
Sin embargo, comenta que en lo que va del año no ha logrado acomodarse en una vivienda para arreglar la zona de jardín. Asegura que le gusta hacer la limpieza de las áreas verdes además de que planta lo que le pidan y chapea.
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Las plantas que vende son económicas. La más cara es de 90 pesos que es un rosal, pero el resto no rebasan los 50 pesos, “porque sus clientas siempre le piden que les baje el costo”, pero a veces no es posible porque lo que sale es para la subsistencia de tres personas y debe llevar lo más que puede.