Perote, Ver.- Personas de Italia, Estados Unidos, Chile y un gran número de países, así como de estados del interior de la República, buscan los productos de la “Ricocada”, una colorida dulcería ubicada en el municipio de Perote.
Atendida por su propietaria Martha López Arcos, esta casa de la dulcería artesanal típica mexicana tiene cientos de historias creadas por el sabor y la añoranza guardados en la memoria de los clientes.
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Otra historia es la de una familia de mujeres que iniciaron con sus ventas en las calles de la pequeña ciudad. La abuela Ambrosia dedicaba sus días a la elaboración de dulces de manera artesanal, los cuales ofrecía en las fiestas de pueblo.
En el municipio colindante con el estado de Puebla, logró convertirse en todo un personaje, pues se le reconocía por la calidad de sus productos; fue de los comerciantes que usaban su base de tijera de madera.
Las recetas y los secretos fueron la herencia dejada a su hija Irene, quien se esmeró no solo por aprender, sino también por hacer de la elaboración de dulces una forma de vida.
Madre de cuatro hijos, Irene trabajaba arduamente para poder obtener recursos para mantener a su familia. En casa había un pequeño taller y todos participaban, recuerda Martha, quien era una de esos cuatro hijos.
Ella fue la única interesada en resguardar la herencia de la abuelita Ambrosia. Al rememorar su propio camino, comparte que hasta los 15-16 años de edad ella también vendía en las calles.
Su sueño se vio cumplido cuando pudo tener una instalación propia y llenarla de todos los dulces que aprendió a hacer desde pequeña.
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“Son dulces sanos, elaborados con leche, canela, vainilla, coco y muchas frutas naturales. Ahora nos invade el dulce no artesanal, con aditamentos”, expresa.
¿En dónde se ubica la dulcería tradicional Ricocada?
Con cerca de 30 años de funcionamiento, la “Ricocada”, ubicada en Humboldt Sur número 12 y en Portal Iturbide, llama la atención por su fachada en tonos pastel y el empleo de papel picado de distintos colores.
Entrar a este sitio es encontrarse también con el pasado, pues lo mismo hay dulces de anís y menta que lagrimitas, cocadas y, lo más solicitado, los jamoncillos, el dulce de leche, los tamarindos y macarrones.
Martha López aún disfruta la presencia de su mamá, Irene, quien se mantiene activa, aunque no como antes, por su edad y porque “ya creció” a sus hijos.
Los dos hijos de Martha ya también son grandes y ella se ha vuelto una promotora de lo más representativo que hay en el país.
En la “Ricocada” hay un extenso surtido de dulces, bebidas y chocolates tanto de artesanos locales como de otros municipios del estado y del país. Además, productos como toritos, tequilas, licores y rones, vainilla, miel de Perote, conservas de Huejotzingo y galletas de El Seco, solo por mencionar algunos.
Hay invitación para que quienes aún no conozcan este sitio cuando viajen por la carretera federal Xalapa-México hagan parada en la casa del dulce peroteña.