Resultado del exceso de mensajes publicitarios que recibe la población por redes sociales y televisión, principalmente, es que se crea el impulso por realizar compras que son innecesarias, explica la psicóloga clínica por la Universidad Veracruzana, María Guadalupe Miranda Arroyo.
Detalla que durante la temporada del Buen Fin los consumidores reciben tantas campañas de ventas para persuadirlos a elevar su consumo, lo que puede llegar a ser una adicción.
En entrevista, la especialista apunta que existen muchas adicciones y una de ellas es la que tiene que ver con hacer compras compulsivas.
Remarca que la sociedad actual tiende al consumismo que se fomenta, a través de los mensajes publicitarios, haciendo que las personas crean que necesitan comprar el último modelo de celular, pantalla plana o computadora para sentirse satisfecho.
Indica que son muchos a los que les causa placer comprar los productos de moda, ropa o tecnología. “Es porque reciben un estímulo cerebral que les causa placer al tener lo que otros no pueden comprar, pero solo se trata de espejismos porque nadie puede ser feliz solo por tener lo más avanzado en tecnología”, advierte.
Explica que como psicóloga lo que recomienda es mantenerse crítico. Además, antes de lanzarse a comprar hay que analizar las finanzas personales para conocer cuánto de los ingresos se puede comprometer en compras.
Es importante reflexionar sobre lo que se necesita por encima de lo que se cree que requieres y a partir de ahí tomar una decisión.
"Si nos ponemos a ver nuestra realidad financiera, ingresos y egresos, no serían tantos los que se irían a las tiendas, porque nuestra solvencia económica es raquítica. Entonces vivir endeudado por tener que hacer paguitos no es lo adecuado para la salud ni psicológica ni física".
La especialista recomienda preguntarse ¿De verdad necesito una nueva pantalla, un celular nuevo o botas y ropa? “Nos gusta comprar cosas que la mayoría de las veces no necesitamos".
Es por eso que la publicidad muchas veces se inclina hacia las mujeres, "porque tendemos a ser más compradoras". Lo peor es que muchas veces abres el clóset y está saturado de ropa y calzado, pero no tienes para comer.
Recordó que fue en el sexenio de Felipe Calderón que se instauró el Buen Fin aprovechando el puente del 20 de noviembre, en que se festeja el inicio de la Revolución Mexicana. “Se tomó este tiempo para sublimar nuestros festejos a un tiempo para hacer compras a través del crédito bancario”.
Resalta que se impuso este festejo mexicano a uno que es netamente consumista como el Buen Fin. “Saturan a la población con comerciales publicitarios en los que se convence que es la oportunidad de comprar, cuando lo que hacen es dar muchos meses sin intereses para que te endeudes y creas que estás haciendo una buena compra”.
Al comprar a meses sin intereses adquieres un compromiso por mucho tiempo, "haces más rico al rico y tú eres más pobre".
Recalca que los medios publicitarios bombardean a la población con anuncios que te hacen creer que tú vida será mejor con un producto nuevo.
Este tema del consumismo utiliza esquemas de psicología para crear pensamientos de mejoría social, utilizan slogan que pretenden convencerte de adquirir en ciertas tiendas porque te permitirán acceder a una mejor vida, “pero finalmente no es así”, comenta.