La principal causa de muerte en el mundo, la enfermedad cardiovascular (ECV), sigue siendo una condición preocupante para investigadores, médicos y pacientes. Los infartos al miocardio y los accidentes cerebro vasculares cobran más de 17 millones de vidas al año, y se estima que esta cantidad ascenderá a 23.6 millones para el 2030, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En nuestro país, en promedio mueren más de 150 mil personas anualmente por fallas cardiacas, particularmente de infarto agudo al miocardio. En este sentido, los informes iniciales en la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), sugieren que la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares fueron las patologías más frecuentes y con altas tasas de letalidad.
Recientemente la OMS declaró el fin de la emergencia sanitaria por la COVID-19, pero la pandemia de las enfermedades cardiovasculares aún prevalece. En México, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el 2022 se registraron 105 864 defunciones por esta causa, seguido por las muertes ocasionadas por diabetes mellitus y tumores malignos.
Por esta razón las afecciones cardiovasculares son la primera causa de muerte en México. Los datos de defunciones por entidad federativa indican que Veracruz es el tercer estado en el país con 31,862 defunciones registradas, antecedido por la Ciudad de México con 42,494 y el Estado de México en el primer lugar con 46,750 defunciones.
Conforme a lo anterior, Veracruz representa el 30% de muertes por enfermedades cardiovasculares en el país, un porcentaje alarmante. Es trascendental crear conciencia en torno a los padecimientos cardiovasculares y, sobre todo, en la reducción de factores de riesgo que puedan desencadenar complicaciones graves o hasta la muerte.
La OMS señala que los infartos al corazón y los accidentes cerebrovasculares están vinculados a los niveles elevados de colesterol “malo” o grasa en la sangre (lipoproteínas de baja densidad). Existen estudios a nivel mundial enfocados en la búsqueda de estrategias para evitar la EVC, por ejemplo, mediante el consumo de plantas -como destaca la profesora Ruth Frikke-Schmidt.
Veracruz es uno de los estados más biodiversos de México, con una gran cantidad de especies de flora. La gran variedad de plantas comestibles ofrece un instrumento clave para la producción de alimentos a formas más sostenibles desde el punto de vista ambiental y, al mismo tiempo, reducir la carga de las enfermedades cardiovasculares.
¿Cómo prevenir afectaciones por la ECV?
Por tu salud, no pierdas el tiempo y comienza una dieta variada, rica en plantas, haz ejercicio y evita los factores de riesgo como la mala alimentación, sedentarismo, tabaquismo y obesidad.
Es importante que te realices un chequeo médico para conocer el nivel de colesterol “malo” en sangre. ¡La mejor estrategia de prevención está en nuestras manos!
* Escuela de Ciencias Químicas, Universidad Autónoma de Chiapas.