Siempre es recomendable mantener nuestra rutina de actividad física durante el verano, pero también tener en consideración la adaptación del deporte y el entrenamiento a las condiciones climáticas, además de mantener una alimentación adecuada después de hacer ejercicio.
Cada día más personas practican ejercicio físico en la temporada veraniega, animadas por las vacaciones, el buen tiempo y la mayor disponibilidad de horas libres para dedicarlas a uno mismo o simplemente por el deseo de estar en forma.
Muchos llegan a buscar la ayuda de un entrenador personal para ejercitarse, una profesión cuyos servicios son cada vez más solicitados, experimentando picos estacionales de demanda en verano e invierno.
Sin embargo, de acuerdo con la agencia Efe durante la temporada cálida también hay quienes deciden dejar de practicar deporte y hacer ejercicio físico debido a las altas temperaturas y al comienzo de las vacaciones.
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Los entrenadores personales recomiendan seguir con la rutina deportiva durante los meses veraniegos para no perder lo que se ha ganado durante el año, y seguir disfrutando de los múltiples beneficios que conlleva entrenar de forma regular, como descansar mejor, acelerar el metabolismo y reducir el estrés.
Los mejores ejercicios
Para entrenar durante esta época, se aconseja empezar el entrenamiento con ejercicios de calentamiento con el objetivo de elevar la temperatura para que los músculos y las articulaciones se pongan en funcionamiento y estén preparados para aumentar la intensidad de los ejercicios.
Posteriormente entrenar entre 30 y 45 minutos, dos o tres días a la semana, evitando las horas de más calor, siendo preferible practicar actividad física entre las 7 y las 11 horas de la mañana, cuando la temperatura es más baja y más calorías se queman.
También practicar actividades acuáticas, como el aquagym y el aqua-circuit o bien efectuando rutas en kayak, natación en aguas abiertas, surf o kitesurf, o bien disfrutar de la playa sin tocar el agua de mar, haciendo ejercicio en la arena, de modo individual o en grupo, mediante actividades como el voley, el fútbol-playa o el yoga.
Hacer deporte en la montaña, ya sea senderismo o rutas en bicicleta, también permite descubrir espacios naturales, aumentar la fuerza y masa muscular del tren inferior y mejorar la salud cardiovascular.
La mejor alimentación
“Las actividades deportivas cuya práctica aumenta más en los meses veraniegos son la natación, el ciclismo, los deportes con raqueta y el golf”, señalaron desde Nutritienda, portal en línea especializado en salud, nutrición y belleza.
“Hacer deporte durante todo el año es fundamental para nuestra salud, pero al practicarlo en verano y debido al calor, el cuerpo hace un sobreesfuerzo que puede perjudicarlo”, explicó Noelia Suárez, directora de comunicación de Nutritienda.
Por esta razón hay que tomar las medidas oportunas para reducir los riesgos que puede conllevar la práctica deportiva. Para evitar que esto suceda es importante permanecer bien hidratado, no entrenar en las horas de mayor y sobre todo alimentarse bien.
Suarez señaló que cuando los músculos trabajan con más intensidad utilizan como combustible los nutrientes que se almacenan en nuestro cuerpo, los cuales hay que recargar después de hacer ejercicio, ingiriendo los alimentos más adecuados en función de los minerales, vitaminas, proteínas, grasas, carbohidratos y a otros macro y micro nutrimentos, que contienen.
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Para reponerse y tener energía después de ejercitarse físicamente los especialistas recomiendan ingerir aguacate, ya que sus nutrientes contribuyen al funcionamiento normal de los músculos, y a disminuir el cansancio y la fatiga. Se puede tomar en ensalada, en salsa guacamole o con tostadas.
Menciona que el plátano ayuda al buen funcionamiento muscular y a evitar los calambres, y eleva los niveles de energía. Se puede tomar solo, acompañado de yogur, en batido o en macedonia de frutas.
La espirulina es un alga que estimula la producción de glóbulos rojos y la oxigenación en sangre, y ayuda a ganar masa muscular. Se puede tomar en sopas, ensaladas o salteada.
El consumo de las lentejas contribuye a una buena circulación sanguínea, a prevenir la anemia y a recuperarse tras el ejercicio, además de que beneficia el rendimiento físico. En verano se pueden tomar en ensaladas, hummus o cremas frías, o las papas que ayudan al funcionamiento nervioso y a prevenir los calambres, aportan energía y benefician el rendimiento muscular. Las mejores maneras de consumirla son asada, hervida o en puré.
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El salmón es bueno para la salud cardiovascular, acelera la recuperación de los músculos, lo que reduce la fatiga. Se puede tomar al horno, a la plancha, en pastel o incluso en forma de crema, así como las semillas de chía que contienen nutrientes clave para aumentar la fuerza, y pueden tomarse en ensaladas, con frutas y yogures.
El brócoli aporta nutrientes fundamentales para la buena salud muscular. Se puede tomar gratinado, rehogado o junto con otras verduras en forma de puré.
Las nueces son una gran fuente de energía, producen saciedad y benefician el funcionamiento del corazón. Se pueden tomar entre horas, en ensaladas y en multitud de recetas.
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