En un mundo acelerado y estresante, no solo persisten mitos sobre los tratamientos para mejorar la salud sino que también crecen prácticas de riesgo como no seguir al pie de la letra las indicaciones de los médicos, señala Lizzet Yadira Harrison Urci, coordinadora del Programa Universitario de Educación Inclusiva de la Universidad Veracruzana.
Además de resistencia al medicamento, la doctora enfatiza que no tener adherencia al tratamiento puede hacer que la enfermedad se prolongue, haya constantes recaídas y hasta hospitalizaciones.
¿Qué es lo que no se debe hacer con un tratamiento médico?
En plática informativa del programa “Naturalmente Universitario”, recomendó a la población estudiantil y adulta en general, no modificar las dosis de los medicamentos, no suspenderlos cuando observan que los síntomas no mejoran o ya cedieron, ni tampoco subestimar las recomendaciones adjuntas a la receta médica.
“En la actualidad, se subestima el impacto de tomar decisiones con respecto a la salud y se minimiza la importancia de mirar al futuro”, declara para luego enfatizar que todo cambio en un tratamiento viene venir del médico tratante.
Consecuencias de no seguir un tratamiento médico adecuadamente
Además de los efectos negativos en el cuerpo por la falta de adherencia, también está el alto costo para el sistema sanitario y consecuencias en distintas áreas de la vida; en el caso de los estudiantes, con repercusiones académicas, menciona.
Independientemente de la prescripción, no atender a los profesionales de la salud puede llevar al deterioro de la calidad de vida o hasta desarrollar otras enfermedades, añade.
El compromiso del paciente, anota la médica, “debe ser práctico, diario y responsable”, pues recuerda que si hay dudas sobre algunas reacciones, se deben resolver con el doctor tratante, no por otros medios.
¿Qué es un tratamiento médico?
Detalla que un tratamiento es un conjunto de acciones o medidas por un profesional para abordar la enfermedad, aliviar síntomas iniciales y llevar a combatir una situación de anomalía.
Mitos sobre los tratamientos médicos
Al ahondar en los mitos, enumera el más común, de suspender la medicación cuando no se ven resultados o cuando han cedido algunos síntomas, con la idea de que ya no es necesario o hay conspiración de parte de los farmacéuticos.
“Eso es un error, mejorar no significa que la enfermedad ha desaparecido por completo. Dejar prematuramente un tratamiento puede llevar a serias complicaciones, la básica es la resistencia”.
Agrega que pensar que los medicamentos son más peligrosos que la enfermedad tiene que ver con ignorancia, pues son desarrollados e investigados con estudios y pruebas de seguridad.
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¿Tratamientos médicos o tratamientos naturales?
Con respecto a los tratamientos naturales, que se cree son siempre seguros y más efectivos, acepta que sí, algunos pueden ser beneficiosos pero no todos. Además, “no todos están respaldados con evidencia científica sólida, que es en lo que se debe poner atención”.
En cuanto a la práctica de pensar en que reducir los tiempos o aumentar una dosis acelerará la mejoría, subraya que hacer ajustes es tarea del médico, de lo contrario, puede haber efectos adversos.
Al referirse al temor de los efectos secundarios de algunos fármacos, señala que sí puede haberlos pero son temporales y no adversos. Recomienda preguntar en la consulta cuáles pueden ser para estar informado e identificarlos, en caso de que se presenten por el proceso de adaptación.
Convoca a la población a priorizar la salud y atender cuando hay sugerencia de acompañar el tratamiento con el cambio de hábitos físicos y alimentarios, o con terapias psicológicas o de rehabilitación, pues hay condiciones que requieren ser integrales.
“En el día a día, los tratamientos son como pócimas mágicas que nos abren la posibilidad de mejorar nuestra salud pero debe haber adherencia a la indicaciones del profesional de la salud”, reitera y llama a no olvidar que la salud es el estado de completo bienestar, desde lo físico y mental hasta lo social.