El confinamiento tendrá repercusiones de salud mental relacionada con estrés, ansiedad y depresión, inclusive aumentar el índice de suicidios; los riesgos de fractura al entorno familiar y al sistema social, advierten investigadoras en psicología social de la UNAM y la UAM.
En declaraciones a El Sol de México, recriminaron a la autoridad gubernamental dejar de lado todo el trabajo psicológico hacia la población de cómo abordar tales fenómenos.
“A parte de los problemas económicos, políticos y sociales, que vienen, está el rezago psicológico y mental que la sociedad va a resentir’’, señalan.
La psicóloga de la UNAM, Dulce Selene Vera reflexiona que si bien hay consecuencias positivas como el acercamiento con la familia, también hay consecuencias económicas que provocan en las personas estrés y ansiedad, al no tener un flujo constante de recursos y un trabajo seguro.
“La ansiedad en diferentes niveles desde un episodio leve donde se pueda dialogar, hasta un episodio que puede desatar violencia’’, dice.
Quiero verlo de manera positiva, pero en México la parte económica pega mucho y desata diferente circunstancia principalmente, entre otros la discriminación porque alguien tose o/y estornudo.
Las historias de lo que ocurre en familia las conoceremos cuando se regrese a la escuela, a la universidad, a la primaria, al kínder y al trabajo; serán los docentes que empiecen a notar los cambios entre la niñez y los adolescentes.
“La información de salud es adecuada, pero la parte psicológica apenas la comienzan a trabajar, cuando estamos viendo ya las consecuencias. Así como se hizo un plan económico y de salud, se debe de hacer uno psicológico, pues si bien se atiende la parte física, la psicología quedó de lado’’.
"Por ejemplo, cuando fallece un familiar y no te despides de él y sólo te entregan cenizas, eso desata un proceso psicológico distinto a cuando hay un velorio, pues ahí sí te despides de la persona.
Sin embargo, todo esto no lo previó la autoridad y aunque ahorita ya se han abierto líneas de comunicación, las consecuencias ya están".
La universitaria pregunta: "¿Y si alguien sufre ansiedad, hacia dónde puede dirigirse?. Esa parte también se descuido".
La especialista señaló de igual manera la ansiedad y el miedo que se puede generar en la familia cuando se le diagnostica a alguien.
Futuro incierto
Johana Cruz López, psicóloga de la Universidad Autónoma Metropolitana, destaca que hay incertidumbre entre las familias por lo que pueda ocurrir en el futuro.
"No es la incertidumbre para el que conserva un trabajo, sino para el que ya lo perdió, son niveles de ansiedad distintos.
A eso sumas la violencia intrafamiliar, que si bien no se reporta si ocurre. La realidad no es la misma para todos y no todos tienen redes sociales, ni todos tienen acceso a Internet para denunciar".
Habrá una consecuencia y dependerá que tan preparados estemos, que no, lo estamos, acota.
“Lo más evidente ahorita es el estrés porque miles de personas conviven en espacios muy pequeños, otras no obtienen salarios fijos, y todos tenemos exceso de información del gobierno federal; el estrés viene de los espacios reducidos, de la economía y del bombardeo informativo’’.
El estrés, señala, puede provocar violencia, llanto, inclusive llegar a la depresión que se manifiesta de diferentes maneras, entre ellas la agresión, desolación y aquella que tira a la cama, que ya es severa.
“No estamos preparados para pensar que será de nosotros, estamos fluyendo de que se pueda salir a la calle, pero somos una población que agarramos las cosas como viene, a ello se suma la falta de cultura para ahorrar.
Asimismo, dejó en claro que el regreso a la calle será paulatino, por actividad esencial para finalmente llegar a la normalidad, sin embargo destacó que nadie sabe cómo será llegar a ese punto.
La también investigadora del Colegio de Postgraduados explica que los adolescentes, niñas y niños de pronto dejaron su principal fuente de socialización: la escuela y la guardería y aunque no son una población en riesgo, señaló que sí son una población en desarrollo que se verá afectada.
En relación a las cantidades de tarea que ahora los maestros están dejando, Cruz López agrega que ésta no es la mejor forma, pues eso sólo lleva a los estudiantes a obedecer patrones, más no crear conductas de enseñanza.
Finalmente, manifestó que otro grupo complicado serán los adolescentes pues son los que menos se entienden dentro de casa.
“Los adolescentes son un grupo complicado que no se entienden dentro de casa y encuentran la socialización fuera, lo que ahora es un problema grande y que repercutirá posteriormente en fractura familiar y del propio sistema social’’.