La tuberculosis es considerada como la pandemia que más muertes ha ocasionado a lo largo de la historia, calculándose cerca de 10 millones de casos nuevos anuales y hasta 1 millón de muertes anuales. En México se reportan hasta el 15 de julio del año en curso 11,328 casos únicamente en 2024.
La tuberculosis es una enfermedad ocasionada por bacterias del complejo Mycobacterium tuberculosis (MTB). Las especies más comunes son: M. tuberculosis, M. bovis y M. canetti.
La vía más habitual de transmisión es por el aire, cuando una persona con infección activa tose, provocando la liberación de aerosoles. Estos aerosoles infectantes que en su interior contienen a MTB, los cuales son inhalados por una persona sana.
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Hasta un 90% de bacterias se quedan atrapadas en las vías respiratorias altas y son expulsadas por las células de la mucosa respiratoria, pero un 10% llega a los alveolos. Comenzando la respuesta de la primera línea de defensa, que participa en procesos de fagocitosis, macrófagos alveolares y la acción de los linfocitos T gamma/delta.
Un 50% de personas con sistema inmune débil la eliminación de las bacterias se logra exitosamente, en el otro 50% las bacterias son encapsuladas dentro de un granuloma que es una acumulación de linfocitos B, T o NK, células dendríticas, neutrófilos y macrófagos activados que evolucionan a células epitelioides y células gigantes multinucleadas que mantienen la replicación del bacilo.
La lenta replicación de MTB en el centro de los granulomas se debe a la baja presión de oxígeno y el pH ácido que ocasiona el cúmulo de células, conteniendo así la infección. Además, existe una disminución de las células inmunes que alimentan estos granulomas, permitiendo la salida y replicación de MTB.
Cuando el sistema inmune no puede contener la infección, se produce la invasión y destrucción de paredes bronquiales y vasos sanguíneos. Ocasionando la activación de la tos en un intento por eliminar a la bacteria alojada en los alveolos pulmonares, representando una característica principal de la enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas?
Para el diagnóstico clínico se requiere la búsqueda de tos persistente por más de dos semanas, usualmente acompañada de secreciones sanguinolentas. Además, ocasiona fiebre y pérdida de peso, otras de las manifestaciones principales de la tuberculosis.
Por lo tanto, es importante mantenerse alerta a la persistencia de una tos por más de dos semanas, a la que se agregan síntomas acompañantes que pueden ser fiebre y secreciones sanguinolentas. Sin embargo, es conveniente la valoración médica para el diagnóstico y tratamiento adecuado.
*Centro de Investigación Facultad de Medicina UNAM-UABJO, UABJO e Instituto de Neuroetología, UV