En Veracruz no ha habido ninguna autoridad ni gobierno que le dé al problema del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) el lugar que debe ocupar en las prioridades de la salud pública, declara la investigadora Patricia Ponce Jiménez.
Llama a no olvidar que con la llegada del Covid-19 fueron desmantelados los Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención en Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits).
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También enfatiza que mientras en un año estuvo lista una vacuna contra el Covid, contra el VIH solo hay disminuciones al presupuesto.
Programas de salud federal y estatal deben contemplar casos de VIH
Reitera que se debe alzar la voz para que los programas generales de VIH estatales y federales incluyan personal sensible y capacitado, con perspectiva de vejez y derechos humanos.
Indica que se deben crear políticas públicas, protocolos de atención y seguimiento, con un diagnóstico previo para ver quiénes son, dónde están y cuáles son sus condiciones de salud y su situación socioeconómica.
“En la medida que no haya un reconocimiento, no habrá solución”, sentencia la también activista por los derechos humanos, quien añade que en el sector público de salud solo se dedican a dar recetas, sin atender la problemática en su conjunto.
“Son simplemente surtidores de recetas. Pase y el que sigue. No se toma en cuenta cuántos años tienen las personas con el virus, su contexto social, su salud mental, sus identidades sexogenéricas y étnicas, ni las comorbilidades”, expresa.
Critica que cuando se habla de datos y se expone a Veracruz entre los primeros cinco lugares del país con más personas en esta condición, las autoridades lo justifica con “ser un estado grande, tanto en territorio como en población”.
“Eso ofende la inteligencia. Como somos muchos veracruzanos, somos muchos con VIH y somos muchos los que nos morimos”, expresa en tono sarcástico.
Para hablar de logros en la prevención y atención de esta infección, Ponce Jiménez reitera que debe haber primero un reconocimiento de los efectos del Virus a nivel individual y social, por parte de los tomadores de decisiones.
Un segundo tema mencionado es empezar a ver la epidemia desde otra perspectiva, que debe ser social e integral.
“Hay que dar un giro epidemiológico, sacudirse los viejos esquemas del inicio cuando se hablaba de ‘focos de infección’, ‘grupos de riesgo’ y ahora ‘poblaciones claves’, a los que se les sigue nombrando como responsables de la transmisión, con todo el estigma y la discriminación”.
Observa que en las políticas que se generan para el VIH se deja de lado lo ocurrido desde hace cuarenta años. “La epidemia sigue siendo domesticada por la epidemiología a pesar de los cambios, cifras y nuevos rostros, los adultos mayores”.
Expone que no hay atención especializada de los servicios de salud estatales y federales para ese sector de la población, sin tomar en cuenta los años que llevan viviendo con el virus.
¿Por qué hacer caso al VIH?
El investigador Andrés Méndez Palacios Macedo puntualiza que se le debe hacer caso al VIH porque no se conoce ni siquiera el volumen total, como sí lo hay en cáncer y accidentes viales.
“Es un tema urgente porque el estigma lo invisibiliza y no hay los avances que tendría que haber por tratarse de un tema con 40 años de historia en México”, sostiene.
Al referirse a la profilaxis preexposición (PrEP), medicamento que se toma para reducir las posibilidades de contraer la infección por VIH, cuestiona el que en Veracruz no haya un seguimiento puntual.
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