Laura Benítez Coeto y Virginia Mateu Armand, académicas de la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana, invitan a los adultos mayores a cuidar su alimentación y explican por qué es importante la actividad física en esta etapa de la vida.
“Después de los 60 años, el ejercicio o actividad física ayuda a mantener un buen equilibrio, mejora la circulación sanguínea y el funcionamiento general del cuerpo”, exponen.
A las personas interesadas en iniciar nuevos estilos de vida, les comparten recomendaciones; en el caso de los ejercicios, enfatizan que hay que ser cuidadosos para evitar lastimarse.
El primer punto que nombran es el de la hidratación, antes, durante y después del ejercicio, “ya que por medio del sudor se pierden sales minerales y agua que se deben reponer al cuerpo para evitar sentir mareos”.
El consumo tiene que ser en pequeños sorbos, evitando la sensación de sed; una vez finalizada la actividad se puede tomar el agua que se desee.
¿Cuál es el ejercicio ideal?
La gran mayoría de los adultos mayores pueden realizar una actividad física regular de tres hasta cuatro veces por semana, con duración moderada de entre 20 y 30 minutos.
La actividad sugerida es caminata o trote ligero, pues ayuda al funcionamiento cardiaco y a una buena circulación sanguínea; enfatizan que es bueno que se haga en compañía de alguien.
Otra alternativa son los aerobics acuáticos, especialmente si se trata de personas con alguna lesión. Explican que en el agua es menos el riesgo de alguna caída, además de que fortalece músculos.
En el caso del yoga, “ayuda a la elasticidad de músculos y tendones, con una mejora de las actividades diarias y de estilo de vida”.
Llaman a no olvidar los estiramientos de todo el cuerpo y calentamiento previo a iniciar cualquier actividad, ya que de esta manera se prepara al cuerpo.
Alimentación debe mejorar
La actividad debe complementarse con una mejora en la alimentación, por eso comparten algunas sugerencias generales para elegir lo que se consume.
En frutas y verduras se debe tomar en cuenta que tengan un color brillante, consistencia y olor agradable. Además, se deben lavar con agua y con jabón. Las verduras o frutas con cáscara gruesa deben de lavarse con escobeta o estropajo y jabón.
En cuanto a los cereales, hay que cuidar que estén íntegros, sin perforaciones por insectos, y comprobar que la envoltura de los cereales empacados como el arroz, avena etc., no tenga perforaciones ni tenga residuos pulverizados en el interior.
Además, conservar los granos en un lugar fresco, alejado de los rayos solares, y lavar los granos de los cereales enteros hasta que el agua esté clara.
Los tubérculos no deben tener brotes ni picaduras y deben ser firmes al tacto. Se deben tallar con escobeta o estropajo y jabón, y enjuagarlos con suficiente agua limpia.
En leguminosas recomiendan, los mismos cuidados de los cereales, mientras que para las carnes y aves, la sugerencia es escoger la carne roja colorida, firme, elástica y ligeramente húmeda. Lavar con agua hervida y escurrirla. Guardarla envuelta y en refrigeración, a 4° C.
El huevo se debe escoger con el cascarón íntegro, limpio, sin presencia de excremento. Lavar cada huevo por separado, con agua hervida y jabón; la leche se debe preferir pasteurizada o ultrapasteurizada.
Enfatizan que hay enfermedades transmitidas por alimentos que contienen sustancias perjudiciales para la salud, por lo que, reiteran, se debe tener una buena higiene.
En información difundida en evento universitario, las nutriólogas recordaron que en la Facultad, en la región Xalapa, cuentan con un consultorio abierto a toda la población. El horario de atención, previa cita, es de 8:00 a 20 horas. Se puede llamar al 22 88 42 17 00, extensión 16250.
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