Es necesario que la población cuide su salud de forma integral, porque las emociones, particularmente las negativas, como tristeza, ansiedad e ira predisponen a enfermedades como cáncer de mama, igual que lo hacen las cuestiones físicas y genéticas, explica Tania Romo González de la Parra, científica del Instituto de Investigaciones Biológicas de la Universidad Veracruzana.
Expone que el trabajo que se realiza en el Laboratorio de Biología y Salud Integral ha mostrado que, en general, la salud no debe verse en partes, es decir que no hay que dividir la atención en el sistema cardiovascular, respiratorio o digestivo, “porque en realidad somos una sola unidad que trabaja en conjunto”.
Precisa que es importante que las personas no solamente deben atender las cuestiones físicas, sino también las que tienen que ver con las emociones y la psíquica.
Detalla que hasta antes de la pandemia de Covid-19 se veía con desdén a las enfermedades psicosomáticas, no se les daba la importancia que tienen sin embargo ahora se sabe que para tratar las enfermedades físicas, primero hay que ver la parte emocional, dice.
En el Instituto de Investigaciones Biológicas se tiene un proyecto de cáncer de mama en el que se ha visto que los factores de riesgo clínico son importantes, pero también los psicológicos.
Agrega que eso se refiere a que se ha visto que cierto tipo de personalidad asociada a ciertas emociones predispone al cáncer de mama. "Resulta que esas emociones se quedan en el cuerpo y particularmente el centro emocional que es donde están las mamas”.
Profesional de la psicología es mal visto, lamenta
Subraya que el centro emocional que guarda situaciones positivas, pero también las negativas es donde se genera el cáncer de mama. “Y la explicación neurocientífica es que las emociones cuando se guardan generan estrés y el estrés deprime al sistema inmunológico de las personas, es por eso que es tan importante cuidarlo y darle una especial atención”.
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Los factores físicos se conocen bastante, dice y recuerda que estos tienen que ver con personas con la herencia o que se fume o beba alcohol en exceso. “Son situaciones de riesgo, pero hay otros que son positivos y ayudan a evitar la enfermedad como, por ejemplo, la lactancia y tener hijos son factores protectores para ciertos males”.
Señala que en general, el profesional de la psicología es mal visto en nuestra sociedad y sería bueno cambiar esa situación. “Hay que entender que al psicólogo no van los locos, sino los que tenemos la intención de cambiar y estar mejor, tanto con nosotros mismos como con el entorno”.
Considera que persiste un estigma de que si se acude al psicólogo es porque estás loco, “pero en realidad es porque nuestro cuerpo y ser están descompensados y hay que ayudar a llevar este proceso con un apoyo”, concluyó.