Desde la aparición de la pandemia por la Covid-19 uno de los objetos que se volvió de uso diario es el cubrebocas, nombrado por muchos como la primera barrera de protección ante la enfermedad.
A pesar de que el número de contagios ha disminuido y que la vacunación muestra mayores avances, son pocas las regiones en México las que han dejado de usar el cubrebocas.
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Sin embargo, en algunas partes del mundo ya comenzó a darse el regreso a las actividades diarias sin mascarillas de protección después de dos años de usarla, algo que a traído consigo un curioso fenómeno que los expertos han denominado “síndrome de la cara vacía”.
Síndrome de la cara vacía
Aunque muchos muestran un gran alivio al despojarse de la mascarilla otro gran sector de la población ven en esto un gran problema. No solo por estar desprotegido y correr mayor riesgo de contagio, también por la ansiedad social y la timidez de volver a mostrar el rostro a los demás.
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Son estos dos grandes grupos los que suelen verse afectados por el síndrome de la cara de vacía. El primero al sentir pánico desde el momento que se retiran la mascarilla y se encuentran en un espacio público con el riesgo de infectarse.
De acuerdo con expertos señalan que esto puede verse reflejado también en aquellas personas que tuvieron una experiencia traumática con el virus, es decir, que sufrieron de un contagio que los llevó a estar hospitalizados o que sufrieron la muerte de un familiar muy cercano a causa de la enfermedad.
Respecto al segundo grupo son las personas que muestran ansiedad por volver a enseñar el rostro a los demás. Esto afecta principalmente a los jóvenes y a aquellas personas con problemas de autoestima que vieron en el uso de la mascarilla una forma de cubrir los posibles cambios físicos que sufren, o algunas imperfecciones en la piel que los hacían sentir inseguros.
“La mascarilla nos ha protegido no sólo del virus, sino también de las miradas ajenas del escrutinio del otro y ha sido, en este punto, de gran ayuda para algunas personas”, explicó la psicóloga Pilar Conde consultada por la agencia EFE. “La ansiedad social puede afectar a quienes sienten más temor del habitual a ser evaluados, se sienten inseguros ante la opinión que los demás puedan tener de ellos”.
El uso de objetos como el cubrebocas en algunas personas tienen el efecto de hacerse sentir más cómodos consigo mismos, de forma que al quitárselo pueden experimentar un mayor temor al rechazo como a llegar a ser aceptados por otros.
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¿Cómo combatir el síndrome de la cara vacía?
Con la posibilidad de que una mayor cantidad de ciudades comiencen a quitar el cubrebocas como un elemento indispensable para estar en espacios abiertos o cerrados, los expertos tienen algunas recomendaciones para aquellas personas que tienen alguna fobia por quitársela.
De igual forma, los expertos señalan que, así como la sociedad normalizó el uso de la mascarilla para el día a día, cuando llegue el momento de que no sea necesario su uso serán capaces de normalizar el no utilizarla como no sentir incomodidad por ver que otros no lo portan.
Dentro de las recomendaciones, una de ellas es quitarse el cubrebocas de manera progresiva, es decir, acudir a lugares donde se sientan más seguros y retirarse la mascarilla una pequeña cantidad de tiempo y volvérselo a colocar después.
Si uno de los problemas es la ansiedad de estar en lugares con muchas personas, la recomendación es acudir primero a lugares pequeños o donde solo esté un pequeño grupo de personas, también visitar a amigos o gente de confianza en donde se pueda sentir comodidad al retirarse la mascarilla.
También, se debe de dar el tiempo para enfrentar el cambio, debido a que la pandemia fue un momento repentino y que obligo a restricciones inmediatas no se contó con la posibilidad de hacer los cambios de manera progresiva lo que pudo afectar la salud mental de muchos. Por ello, en esta ocasión se pueden hacer las cosas con comodidad y dar paso a paso hasta sentirse mejor.
En caso de detectar algún problema con niños pequeños o que ellos también muestren algún tipo de ansiedad lo que se debe realizar es que tanto los padres como pedir a los maestros en las escuelas que expliquen el nuevo contexto que los rodea y las razones de porqué ya no es obligatorio utilizarlo.
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El cubrebocas pasó de ser un dispositivo de protección de uso esporádico a ser un producto básico para el día a día ante la Covid-19, por lo que si crees sentir el síndrome de la cara vacía u otro tipo de ansiedad no dudes en acudir a un especialista para que te acompañe en el proceso.
Publicado originalmente en El Sol de Puebla
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