La sarcopenia o disminución de la cantidad y calidad de la masa muscular es un proceso natural que se presenta en pacientes y adultos mayores a partir de los 70 años; sin embargo, el impacto de enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes origina que esta condición afecte a población cada vez más joven.
Durante el II Simposio de Actualización en Soporte Nutricional “Atención integral y cultura para la paz”, organizado por la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana (UV), Miguel Ángel Domínguez, nutriólogo especializado en el área de nutrición clínica, impartió la conferencia “Sarcopenia y paciente críticamente enfermo: un reto nutricional”.
Destacó que la disminución de masa muscular en pacientes de la tercera edad se traduce en una mayor cantidad de caídas, dependencia y disminución de actividades de la vida cotidiana, por lo que la intervención nutricional es sumamente importante.
Miguel Ángel Domínguez, colaborador del Programa de Enfermedades Crónicas de los Servicios de Salud de Veracruz (Sesver), señaló que hoy en día no sólo los adultos mayores padecen sarcopenia, sino también las personas jóvenes.
Esto debido a la inactividad física y a una alimentación inadecuada y desbalanceada que provoca la aparición de enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes.
Comentó que la sarcopenia en jóvenes es un tema estudiado en la actualidad, porque en realidad inicia desde los 35 años, aunque el declive de la pérdida muscular es menor.
Si a esta situación se suma la inactividad física y el sedentarismo, como fue el caso del periodo de pandemia, también aumenta la probabilidad del desgaste muscular.
Explicó que aún no hay resultados concretos sobre esta investigación, no obstante, se estima que a nivel global la sarcopenia afecta del 5 y hasta el 19% de personas entre los 19 y 79 años, lo cual dependerá del continente, pero va de la mano de la desnutrición.
De igual modo, en hospitales a nivel global, la desnutrición oscila en torno al 50%, y gran cantidad de esos pacientes sufren de sarcopenia.
“Todo profesional de la salud debe apostar por la medicina preventiva, la intervención está al alcance de todos y para revertirlo se debe dejar de ser sedentarios”, aseveró el especialista.
Si bien la tecnología ha facilitado la vida de las personas, también ha propiciado un mayor nivel de sedentarismo por el uso de dispositivos móviles, casas y habitaciones inteligentes, que convierten a las personas en físicamente inactivas.
Puso como ejemplo el caso de un adulto mayor postrado en cama hasta por tres o cinco días a causa de una fractura, que puede llegar a perder hasta un kilo de masa muscular, y lo que ocurriría con alguien que lleva varios meses. “Mientras menor cantidad de masa muscular tengamos se traduce en una mayor mortalidad.”
El maestro en nutrición y dietética subrayó que tanto la actividad física como la alimentación son la base de la disminución de las enfermedades crónicas.
A nivel mundial, México se ubica en los primeros 10 lugares de diabetes, es decir, una de cada 10 personas va a vivir con este padecimiento, y el 50% no lo sabe.
“Este tipo de enfermedades no controladas se traducen en la presencia de sarcopenia.”
Expuso que la actividad física disminuye hasta un 35% el riesgo de probables enfermedades crónicas pues “no sólo ayuda a mantener la masa muscular, también mejora el sistema inmune, la composición corporal, disminuye ansiedad, depresión y previene este tipo de enfermedades como diabetes e hipertensión”.