Ante el creciente uso de sustancias psicoactivas en poblaciones cada vez más jóvenes, especialistas de la salud exhortan a familiares a no tomar como primera opción los anexos o residenciales.
Las psicólogas Iraís Mariana Reyes Martínez y Araceli Flores Ángeles, especialistas en el tema de adicciones, exponen que hay quienes deciden llevar a menores de edad a estos sitios sin antes haber consultado a personal de la salud.
¿Qué hay que tomar en cuenta antes de ingresar a alguien en un anexo?
Enfatizan que en muchas ocasiones el adulto encuentra al niño, niña o adolescente con alguna sustancia y le suman la descripción de “ingobernables”. En estos casos, indica, hay que valorar cómo es el consumo, si es problemático o experimental, y también, la conducta.
“Si alguna persona estuviera pensando en ingresar a un familiar, es importante tomar en cuenta que estos lugares tienen que ser el último recurso”, subraya Iraís Mariana Reyes.
A veces es más un problema de conducta y los padres o tutores no saben cómo manejar la situación o poner límites; buscan entonces a dónde llevarlos para que no los molesten porque no saben qué hacer, añade.
¿Qué riesgos corren los jóvenes al ingresar en un anexo sin diagnostico?
En los centros para tratar adicciones, ahonda, puede haber muchos más riesgos porque están con personas adultas, quienes compartirán otras experiencias, las cuales en lugar de beneficiar pueden ser perjudiciales.
Los riesgos de hacerlo sin una indicación previa son más problemas y resentimiento con la familia; además, subraya, un factor de riesgo para los menores es estar lejos de su hogar.
¿Dónde se puede consultar para saber si es viable el ingreso a un anexo?
La recomendación en situaciones de este tipo es primero acudir a un Centro Comunitario de Salud Mental y Adicciones. Actualmente hay 341 en las 32 entidades del país y dan información para poder saber qué hacer.
Recuerda también que en la línea de la vida 800 911 2000 pueden recibir orientación sobre la dirección y requisitos. Reitera que los anexos, granjas o residenciales no son para tratar conductas sino adicciones.
¿Cuál es la función del Cecosama?
En esto sitios, detalla, el profesional de la salud hace un diagnóstico para saber cuál es el grado de dependencia, si hay algún trastorno y, en un momento determinado, una valoración psiquiátrica para saber si se requiere de un tratamiento residencial, ya sea en adolescentes o jóvenes.
Puntualiza que solo son para quienes no pueden dejar de consumir de manera compulsiva y se requiere el aislamiento para, mediante tratamiento, recuperar la lucidez y volverse a integrar a la sociedad.
Señala que no son tratamientos de un año o más, sino de uno a tres meses, tiempo en el cual adquiere herramientas. Llama a poner atención, pues en ningún lugar se pueden restringir los derechos a ver al familiar.
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¿Cuál es la historia de los anexos?
En conferencia virtual de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones, Iraís Mariana Reyes Martínez y Araceli Flores Ángeles compartieron que los anexos surgieron a partir de los grupos Alcohólicos Anónimos en las décadas de los 50 y 60.
Al inicio, las personas usuarias empezaron a ir a juntas de hora y media pero poco a poco creció la demanda de mayor tiempo e incluso de que se quedaran a dormir ante el problema que significaba para los familiares.
Los padrinos empezaron a crear anexos a las áreas de juntas. En medio rural las empezaron a llamar ‘granjas’. A partir de los 70 y durante cerca de 50 años, el tratamiento fue de forma empírica, a través de la experiencia de las personas consumidoras rehabilitadas.
En estos periodos, explican, al tratarse de algo relacionado con lo moral, la idea era querer corregir con castigos, golpes, maltrato o mala alimentación.
Aunque no se descarta que aún suceda, explican que a partir de 1999 se actualizó la norma 028 para el tratamiento de las adicciones y empezó la regularización de estos lugares.
Actualmente funcionan los Centros Especializados en el Tratamiento de las Adicciones y son los que cumplen con los requisitos para operar no solamente de manera empírica sino con un trabajo más profesional.
“Es importantes saberlo para no llevar a las personas a los anexos sino a centros reconocidos por la Conasama; solo son 193 reconocidos en el país, por apegarse a la normatividad”.
Detallan que no hay golpes, no hay maltrato, hay una alimentación balanceada y apego a los derechos humanos. Son de tres tipos: ayuda mutua, mixtos y profesionales.
Los de ayuda mutua son atendidos por exconsumidores, que ahora con la capacitación son consejeros; los mixtos integran a médicos, psicólogos, enfermeros, etc., con quienes dan mensaje y apoyo mutuo. Finalmente los profesionales están dirigidos por especialistas y son 55 y públicos.
Reiteran que el ingreso es totalmente voluntario, sobre todo en mayores de 18 años.
Contactos
Puntualizan que se puede llamar al 800 911 2000. En el estado de Veracruz hay 15 Cecosama donde se puede obtener mayor información. En Xalapa son dos, ubicados en calle Alpes 3b, colonia Lomas de Casa Blanca, con el número 228 810 19 87, y en Herminio Cabañas León 310, colonia Rafael Lucio, teléfono 228 815 08 30.
El directorio completo está en la dirección electrónica https://www.gob.mx/salud/conadic/documentos/directorio-nacional-uneme-cecosama, en la pestaña “Descargar”.