A pesar de que en las últimas décadas se ha logrado disminuir la mortalidad y la malnutrición en niñas y niños, el subespecialista en Medicina Interna Pediátrica Arturo Perea Martínez subraya la gravedad del aumento del 20 por ciento de incremento en el sobrepeso y obesidad infantil.
El coordinador de la Clínica de Obesidad del Instituto Nacional de Pediatría anota que la infancia en la actualidad está sujeta al reto global de la triple carga de la enfermedad: desnutrición, obesidad y deficiencia de nutrimentos, para lo cual propone las “dietas planetarias”.
En el simposio híbrido “Reto de la atención primaria de la salud ante el cambio climático”, coordinado por la Facultad de Medicina región Veracruz de la Universidad Veracruzana, manifestó que los avances que se habían logrado están en una etapa de estancamiento.
Las desigualdades generalizadas -dijo- se han traducido en una disminución, un estancamiento en términos de la prevalencia de la desnutrición, mientras el sobrepeso y la obesidad continúan al alza en todas las regiones del mundo.
“No podemos estar optimistas porque el comportamiento que tenemos hasta ahora presume que no se podrá cumplir los objetivos para contener la malnutrición de infantes, entre algunos otros factores, por la migración, los conflictos bélicos y la propia pandemia de Covid-19”, expresó.
Condiciones de salud
El profesor y expresidente de la Academia Mexicana de Pediatría mencionó que la desnutrición, obesidad y deficiencia de micronutrimentos son causantes de la detención del crecimiento y de algunas condiciones particulares.
Nombró el neurodesarrollo, la susceptibilidad a procesos infecciosos inflamatorios y la alta vulnerabilidad al sobrepeso y obesidad; sostuvo que se siguen viviendo desigualdades que permiten el desarrollo de las distintas formas de malnutrición incluso en un mismo niño.
“Al menos uno de cada dos niños menores de cinco años sufre de hambre oculta, de tal forma que además de estar desnutridos podrían tener deficiencia de algún micronutrimento; esto puede trascender de manera mayúscula en el sentido del desarrollo y de su crecimiento óptimo”, subrayó.
Aunque el problema afecta prácticamente a la población infantil del mundo, México está en un punto intermedio que debe invitar a reflexionar sobre el desarrollo de estrategias para mejorar los resultados hasta ahora obtenidos, indica.
Las tendencias por países con respecto al sobrepeso parecieran no tener forma de desacelerarse, dice el pediatra, pues incluso en países en desarrollo sigue al alza y las enfermedades no transmisibles ocupan los primeros lugares, sin embargo, la apuesta es a dietas saludables de orden planetario.
Dietas planetarias
Arturo Perea Martínez explica que ante el cambio climático y los problemas de salud en población infantil y adulta han surgido varias dietas; un punto importante es limitar el consumo de carnes rojas, por el uso excesivo de agua para su obtención y por la emisión de gases fósiles.
“Las dietas saludables no se conciben sin el cuidado del planeta y sin la calidad de la nutrición humana y viceversa: para cuidar los alimentos tenemos que cuidar el planeta. Debemos trabajar en el desarrollo de sistemas sustentables para crear dietas saludables y hacer un planeta sostenible”, indicó.
La propuesta de dieta saludable compartida por el subespecialista tiene como base la reducción de tubérculos, de las fuentes de proteína de origen animal, del consumo de grasas saturadas y todos los azúcares añadidos, así como un incremento de todo lo que sea de origen vegetal, y consumo de frutas y verduras.
“La carne roja es la que más contribuye al riesgo de mortalidad humana y el impacto ambiental. Disminuir la producción de consumo y alimentos de fuentes animales podría apoyar de manera importante la salud humana y con ello la salud del planeta”, enfatizó.
Reiteró que ya existe una amenaza permanente en algunos países sobre la seguridad alimentaria, por lo cual se debe evaluar en contextos propios como se puede contener en corto, mediano y largo plazo.
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Explica que el concepto de seguridad alimentaria ha evolucionado: “A través de políticas públicas intersectoriales se debe asegurar la disponibilidad de los alimentos, y el acceso económico y físico a ellos, además de lograr una estabilidad en el tiempo con los conceptos de centralidad y sustentabilidad”.