¡En tiempo récord! Así fue como el Tecnológico de Monterrey, el Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán y varias empresas se unieron para desarrollar el primer ventilador mexicano para enfrentar el Covid-19.
VSZ-20 fue el nombre con el que bautizaron al nuevo dispositivo, el cual también fue creado con un costo récord de 225 mil 650 pesos, siendo que el costo "normal" y tras la demanda por la pandemia sería de 1.4 millones de pesos.
Salvador Almaguer, director de operaciones de Femsa, explicó que lograron hacer que el aparato costara esta cantidad al no requerir material importado, además de que su proceso se basó en la utilización de componentes y diseños que hay en el país.
Los últimos ventiladores adquiridos por el gobierno mexicano para tratar la pandemia se cotizaron en 1.25 millones de pesos cada uno y fueron comprados a China, según comunicó el canciller Marcelo Ebrard.
Al comparar el costo del nuevo ventilador mexicano con el que existe en el mercado, su costo es 16.42% menor al precio que estos tenían en 2017.
Desarrollado en tiempo récord
Tras la urgencia de ventiladores, su desarrollo sólo tomó entre 6 y 8 semanas, un tiempo récord para un dispositivo de este tipo.
"Teníamos que ver cómo desarrollar algo de la forma más rápida con los componentes que habían en el mercado nacional.
Nos llevó entre 6 y 8 semanas hacer la ingeniería inversa para desarmar lo que teníamos y hacer un ventilador nuevo", dijo Guillermo Domínguez Cherit, subdirector del Instituto Nacional de Nutrición y decano de la Escuela de Medicina del Tec.
Asimismo, señaló que la idea surgió de lo que "tenían a la mano" pues en el pasado ya habían usado dichos ventiladores, lo que los motivó a desarrollar un nuevo dispositivo durante la contingencia, que fuera tanto eficaz como accesible en relación al costo.
Listos para la acción
En conjunto con la Secretaria de Relaciones Exteriores y luego de ser aprobado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), el ventilador ya fue presentado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para su revisión, por lo que en breve comenzarán a implementar los equipos.
La iniciativa cuenta con una capacidad de manufacturar 600 equipos por semana.
Almaguer aclaró que como equipo se han comprometido a tener disponibles 100 ventiladores en la primera semana de junio, para después ir escalando la producción.
"Lo que estamos haciendo es colocarlos en diferentes hospitales para que los neumólogos, enfermeros y médicos se familiaricen con el equipo e irlos capacitando".
¿Y si hay desabasto?
Almaguer comentó que se sumarán mejoras en cada línea de producción posible con un suministro constante, con una manufactura adaptativa e incluso, en caso de ya no contar con algún componente en el futuro, se podrán reemplazar o adaptar procesos ateniéndose a lo que hay.
“Ya estamos haciendo planes de contingencia por si tuviéramos desabasto de algún componente. (…) El modelo dos ya está en pruebas y esperamos que esté en producción en 2 semanas y con éste esperamos poder subsanar problemas en la cadena de suministro y va a estar más automatizado”, dijo.
Almaguer acotó que en el modelo, el posible desabasto vendría del motor, pieza que viene de Italia, y el cual por el alto volumen que México está solicitando al pequeño fabricante, podrían no contar con el abastecimiento necesario.
Sin embargo, tienen contemplado reemplazar este motor por uno de menor capacidad, pero compensado con una transmisión de mayor capacidad.
“Así se compensa perfectamente si algo llega a fallar”, aseguró Almaguer.
Reconocidos por el Congreso
La Comisión Permanente del Congreso de la Unión reconoció a las instituciones involucradas en la creación del primer ventilador artificial totalmente hecho en México, en medio de la pandemia del COVID-19 en el país.
Los legisladores agradecieron el esfuerzo conjunto del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, la SRE, Femsa, Metalsa y TecSalud, sistema de salud del Tecnológico de Monterrey.
Finalmente, el decano de la Escuela de Medicina del Tec señaló que se seguirán haciendo mejoras al equipo para actualizarlo en el futuro, dado que la patente está en manos del Instituto Nacional de Nutrición, con un equipo de especialistas de aproximadamente 35 personas involucradas por parte del instituto.
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