Aunque algunas regiones se ven más afectadas, la triste realidad es que en todo el mundo se ven las señales de una crisis climática que ha sido anunciada por los científicos desde hace décadas. Europa sufre una implacable sequía: Francia está pasando por la peor registrada en toda su historia.
Ante esto, cuerpos de agua están alcanzando niveles muy bajos en todo el viejo continente, y han quedado al descubierto las “piedras del hambre", señalizaciones que parecen estar presagiando períodos de miseria.
¿Qué son las piedras del hambre?
Las piedras del hambre son una especie de registro que se dio en Europa para dar cuenta de las sequías que afectaban las regiones cercanas de los ríos al interior del continente, donde los poblados dependían del afluente tanto para la agricultura y ganadería como para el comercio.
Estas rocas en el lecho de los ríos y lagos sólo son visibles cuando los niveles del agua cae extremadamente. Los antiguos europeos esculpieron en ellas mensajes sobre el desastre que significa la falta de agua, así como la hambruna que conlleva.
El mensaje legible más antiguo data de 1616 y se ubica en el río Elba, en el territorio que actualmente compone República Checa, pero, existen inscripciones desde 1115 y la más reciente se talló apenas en 2018.
La piedra del hambre que se encuentra en la ciudad Děčín, en República Checa, es uno de los ejemplos más conocidos de este recuento de sequías. El texto que tiene tallado está en alemán, y la frase es "Wenn du mich siehst, dann weine" (Si me ves, entonces llora).
Algunos de los mensajes de las piedras son "La vida volverá a florecer una vez que esta piedra desaparezca", "El que una vez me vio, lloró. El que me vea ahora llorará", "Si vuelves a ver esta piedra, llorarás. Así de superficial fue el agua en el año 1417”.
La vida moderna y urbana que llevamos en las grandes ciudades nos puede hacer pensar que la hambruna es una cosa lejana o que difícilmente nos afectará.
Sin embargo, sabemos que el hambre se padece de manera endémica en lugares tan cercanos como nuestra Sierra Tarahumara. Ahí donde la población no tiene acceso a alimentos porque las líneas de suministros son insuficientes, y dependen para su alimentación casi por completo de lo que su propia tierra es capaz de producir.
¿Qué pasaría si la catástrofe climática sigue aumentando y la sequía se vuelve una constante a nivel continente? Probablemente, los habitantes de zonas urbanas sufriríamos el hambre a la que los habitantes del campo se han acostumbrado.
Publicado originalmente en El Heraldo de Chihuahua