Córdoba, Ver.- Los cañaverales de Veracruz, desde el norte hasta el sur, los campesinos siempre han contado historias que pasan de generación en generación, algunas pueden ser reales mientras que otras pueden caer en lo exagerado.
Pero una cosa es verdad, estas historias tienen su origen en Veracruz y algunas se han mantenido vigentes al paso de los años, esto gracias a que los abuelos las cuentan a sus nietos y las leyendas e historias de los cañaverales que sorprenden a más de uno.
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Existen relatos en donde se dice que en una granja del sur de Veracruz un niño vivía con sus padres, quienes se dedicaban al campo y en cada época de cosecha su principal temor eran los cuervos ya que estos se alimentaban del maíz, por ello es que decidieron instalar dentro del campo una imagen de un “espanta pájaros”.
Esta imagen se supone espantaría a las aves durante el proceso de producción y cosecha de maíz, y al parecer este muñeco sí cumplió con su función y ese año los granjeros obtuvieron una cosecha “jugosa” la cual venderían y obtendrían suficiente dinero para atender las necesidades de la granja.
Pero al escuchar esto algunos ladrones decidieron ir a robar la cosecha a los granjeros, y una noche comenzaron con su plan para cometer la fechoría, y el niño descubrió a los ladrones, quienes al verse sorprendidos procedieron a capturar al niño.
Mientras los ladrones hacían su trabajo de la nada apareció una sombre y comenzó a golpear a los ladrones y libero al infante, gracias a esta sombra se impidió el robo de la cosecha, pero al preguntar al niño quién lo había liberado él respondió que había sido el espantapájaros.
Desde esa fecha se considera que los espanta pájaros son protectores del campo y las cosechas, pero se les debe dar un pago por sus servicios, ya sea un tributo como alimento o algún juguete para que siga realizando su tarea y todo salga bien durante la cosecha.
La leyenda de los cortadores de caña de Pánuco
Ahora bien, en la zona norte de Veracruz también existe otro relato relacionado con el campo, se trata de los cañaverales de Pánuco.
Está historia cuenta que hace varios años trabajar en los campos de caña era muy pesado, ya que los caciques explotaban a los hombres de campo, haciéndolos trabajar largas jornadas bajo los rayos del sol, con sueldos miserables.
Los hombres no tenían otras opciones para trabajar y ganar dinero para mantener a sus familias, así que muchos aceptaban estas jornadas extenuantes y agotadoras, además de que en el campo se llegaron a registrar varias muertes, algunas por accidentes con las herramientas de trabajo y otras por el cansancio y enfermedades.
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De acuerdo con pobladores, en aquellos años los cañeros muertos en el trabajo eran enterrados en el campo con una cruz señalando el lugar donde perdieron la vida, pues no había dinero para realizar todo un funeral.
Se dice que muchas de las personas que fallecieron en estas terribles condiciones, sus almas no han alcanzado la paz, es por ello que algunos espíritus siguen rondando los campos de caña, pero enojados por haber muerto en terribles circunstancias.
Hay relatos que aseguran que aquellos valientes que suelen ingresar a los campos de caña durante la noche, han visto fantasma de los trabajadores o en su caso escuchado voces lamentándose y pidiendo justicia por los malos tratos que recibieron en vida.
Es por ello que a la fecha si visitas los campos de caña en Pánuco, los pobladores son los que te dicen que no debes ingresar en ellos durante la noche para evitar ser asustado por un fantasma.
Es más hay algunas personas que siguen acudiendo en el día a rezar en los campos, para pedir por las almas en pena y que paren de asustar a los vivos en las noches.
Ahora que ya sabes estas historias ¿te atreverías a entrar a los cañaverales de Pánuco durante una noche?