Ante un tribunal francés, salió victorioso el gallo Maurice y su dueña, luego de que sus vecinos se quejaran, diciendo que el canto del ave provocaba contaminación acústica.
Pero las cosas no resultaron como esperaban, ya que el juez dictaminó que el gallo no puede rechazar sus instintos naturales.
Con esta decisión, se le puso fin a una larga batalla que habían estado llevando la propietaria de Maurice y los dos vecinos.
La pareja de vecinos, se había estado quejando porque los ruidos causado por el gallo, eran escuchados hasta su casa de verano.
Maurice, quien eclosionó en 2017, se levanta a las 6:30 am todos los días para cantar, lo que molestó a los vecinos, tanto que le insistieron a Fesseau (Dueña de Maurice) para que callara a su gallo de alguna manera.
La pareja hizo la demanda, lo que desencadenó una enorme controversia en Francia, acerca de si los habitantes de la ciudad con casas de vacaciones tenían alguna razón para quejarse por los ruidos de la zona rural.
Fesseau declaró ante el tribunal que nunca antes alguien se había quejado por el cacareo de Maurice. “Los gallineros siempre han existido. Entre 40 vecinos, sólo molesta a dos”, dijo.
En su decisión, el juez señaló que Maurice vive en su entorno natural, por lo tanto, no se esperaba que se ajustara a ninguna sensibilidad que no fuera la suya.
Julian Papineau, quien fue el abogado de Maurice, dijo que no se puede castigar al gallo por comportarse como un gallo. «Este gallo no estaba siendo insoportable», dijo Papineau. “Solo estaba siendo él mismo”.
Luego de esto, Maurice puede continuar con su rutina mañanera.
“Maurice ganó y los demandantes tendrán que pagar a su propietaria mil euros por daños y perjuicios” indicó Julien Papineau, abogado de Maurice y su dueña.