Mariscos, guisados y hielitos son solo algunos de los alimentos que prepara todos los días Esperanza Sánchez, para venderlos en el auto de su esposo en la zona de Los Sauces.
Durante varias horas, por la mañana, sus clientes la buscan en la calle Allende donde en la cajuela del automóvil coloca sus viandas con los pedidos que le hacen; lleva más preparaciones para ofrecer a peatones que pasan por la zona.
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La situación económica no deja más opción más que trabajar más para buscar el sustento familiar, explica Esperanza, mientras despacha unos tacos de guisado a sus clientes.
Autoempleo para salir de la crisis económica
Emprender fue su opción y la de su familia para obtener ingresos económicos. Lamenta que no haya suficientes empleos formales para los xalapeños, “pero no nos podemos quedar sin hacer nada y, por ello, vendemos comida en nuestro automóvil”.
Explica que el dinero no alcanza, todo está caro, todo lo que se compra sube de costo cada día, por eso hay que invertirlo para tener una ganancia.
Nosotros trabajamos juntos para llevar un mejor sustento para nuestro hijo
Ella, comenta que trabaja de lunes a viernes, en estos días prepara los alimentos en su casa y los transporta junto con su esposo a su lugar en la calle de Allende, muy cerca de las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), para vender distintos platillos; el auto es su local, la cajuela permanece abierta para que los clientes puedan observar las preparaciones que tiene para el día.
Esperanza Sánchez explica que al no haber suficientes opciones laborales, el negocio de la comida es una inversión redituable. “Anteriormente trabajaban en una coctelería, “pero hubo un cambio de patrón y cambios en horarios y ya no les convino, trabajamos mi esposo y yo y tuvimos que salirnos”.
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Fue entonces que decidieron emprender en este negocio de la comida ambulante. “Aunque antes ya vendían comida en el carro, pero solo en cierto horario, porque su horario laboral solo les permitía hacerlo por pocas horas.
En la actualidad ya pueden dedicarse a su negocio el tiempo que requieren. En Allende, dice, permanecen de las 7 horas a las 10, que es cuando los buscan sus clientes para comprar sus alimentos. En esta zona hay mucha gente que busca comida por las mañanas; empezaron trayendo pocos alimentos, pero ahora ya mucha gente los conoce y entonces pasan a comprarles cada día. “La comida se nos acaba todos los días, porque hay diferentes guisos, tenemos variedad y eso le gusta a los clientes”.
Comenta que también vende hielitos de distintos sabores en el mismo sitio, pero por las tardes. “A quien le gusta trabajar pues encuentra qué hacer para sobrevivir, solo hay que saber buscar opciones”.
La joven comenta que también vende mariscos a domicilio. “Preparo platillos exquisitos de pescados y mariscos y los llevamos a las casas de quienes nos hacen los pedidos. A todo le hacemos”.
“Yo pido a la gente que no encuentra trabajo que no se rinda, que busquen en qué invertir, porque la vida es tan bonita como para no saber qué hacer, que no se les cierre el mundo”.
Invitó a buscar su negocio para probar su comida, “nos pueden reconocer rápidamente porque es un auto negro, aquí les ofrecemos deliciosos antojitos como enchiladas, chiles rellenos, torta de mariscos, pescado empanizado, pollo empanizado, hot cakes, garnachas, huevos hervidos y camarones empanizados, entre otros”.