El gobierno de Andrés Manuel López Obrador reservó 94 mil millones de pesos del presupuesto de 2019 y 2020 para el pago de la deuda del Fobaproa.
Ese monto es casi tres veces mayor al que se destinó para este fin en los primeros dos años de la pasada administración y también es el monto bianual más elevado en una década.
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El Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) recibió 51 mil 300 millones de pesos el año pasado y 43 mil 300 millones de pesos en el presente ejercicio para cumplir con los compromisos que adquirió el Estado hace más de dos décadas para el rescate de los bancos.
Las cifras oficiales revelan que la deuda del Fobaproa cerró 2019 en un nivel récord de un billón 62 mil 447 millones de pesos, el doble de las deuda original por 552 mil millones de pesos.
Lo anterior significa que en 1998, cada uno de los 96.1 millones de mexicanos debía cinco mil 420 pesos por el rescate de los bancos que emprendió el gobierno federal. Hoy, con 127.8 millones de habitantes en el país, el adeudo per cápita es de ocho mil 313 pesos.
Los pasivos del Fobaproa constituyeron al cierre del año pasado 10.8 por ciento del costo financiero del Sector Público Federal, es decir, la deuda total del país.
El monto que el gobierno ha destinado al pago del Fobaproa se ha ido prácticamente al pago de intereses y por ello el monto no deja de crecer, explica Leticia Armenta, profesora investigadora del Tec de Monterrey.
Igual que con una tarjeta de crédito, dice, si sólo se paga una porción de la deuda ésta continúa generando intereses que se acumulan hasta que el pasivo puede ser mayor a la deuda original.
“La única manera de que esa deuda disminuya sería destinando una porción de recursos mayor para que no solo se cubra el concepto de intereses, sino el capital, o pagándola completa”. Claro, reconoce Armenta, en un país con tantas carencias esto es imposible.
En marzo de 1998, el entonces presidente Ernesto Zedillo notificó al Congreso de la Unión la existencia de un pasivo por 552 mil millones de pesos resultado del rescate bancario, y propuso convertirlo en deuda pública.
El presidente Andrés Manuel López Obrador calcula que podría ser en 2070 cuando se salde la deuda, pero la investigadora del Tec de Monterrey considera que esa proyección está basada en condiciones como los montos que se van a dedicar y las tasas de interés, las cuales son variables.
Además, recordó que a raíz de que la deuda se bursatilizó a principios de este siglo, ha estado condicionada a la situación del mercado.
En julio de 2004 la junta de gobierno del IPAB y los bancos adheridos al Programa de Capitalización y Compra de Cartera acordaron el intercambio de pagarés del Fobaproa por Bonos de Protección al Ahorro, que desde entonces pueden adquirir los inversionistas, sociedades, casas de bolsa o cualquier agente financiero.
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