Antes que invertir fuertes cantidades en una refinería, a Petróleos Mexicanos (Pemex) le urge atender el tema laboral y sindical.
“Nos parece que sería mejor atacar esas problemáticas primero, porque si se invierte sin previamente solucionarlas, se pueden aumentar las pérdidas”, comentó a El Sol de México Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer.
El virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en su Proyecto de Nación 2018-2024 prevé una inversión total de 304 mil millones de pesos (16 mil 300 millones de dólares) para reforzar el sector energético mexicano y aumentar la producción petrolera.
Entre sus planes está el de rehabilitar las seis refinerías que hay en México para que operen al 100% de su capacidad en dos años, con una inversión de 49 mil millones de pesos (dos mil 627 millones de dólares), y evitar así tener que comprar gasolina en el exterior.
Carlos Serrano considera que por ahora esa estrategia no es prioridad, que hacerlo supone un riesgo para el país y añade presión fiscal.
“Creemos que es más eficiente seguir importando gasolinas; es mucho más barato", dijo el economista.
Descentralización
Sobre el posible traslado de las oficinas de Pemex de la Ciudad de México al estado de Campeche, dijo “nos parece que son retos muy grandes, que implican altos costos, por lo que si se hace debe ser de manera gradual”.
El directivo considera que las otras dificultades que debe resolver la empresa productiva del Estado son los de seguridad (como el robo de combustible por parte de los huachicoleros) y los de la baja eficiencia en la producción.
Al año, dijo, Pemex pierde cerca de 100 mil millones de pesos (cinco mil 360 millones de dólares) por la poca eficiencia en refinación de gasolinas debido a las fallas que hay en la infraestructura, en la organización laboral y las cargas fiscales.
La estrategia
Para el directivo, la clave para dotar a la petrolera de autonomía presupuestal y de gestión es otorgarle el mismo tratamiento fiscal que se da a cualquier otra empresa para que esté en igualdad de condiciones.
Carlos Serrano explicó que durante varios años, uno de los principales problemas de Pemex era que "pagaba derechos a la Federación muy altos", lo que se traducía en impuestos elevados y en no poder invertir. “Con el mismo trato fiscal, eventualmente se volverá productiva, generará ganancias y, al mismo tiempo, quitaría una carga fiscal al gobierno”.