No es fácil ser emprendedor, platica Sebastián Dib, diseñador industrial y empresario. A veces hay que dejar de cobrar, lidiar con el rechazo de los señores del dinero y "chuletearle" tanto como se pueda, como él dice.
Pero la satisfacciones y las libertades que te quedan –asegura– superan a las penas pasajeras que van surgiendo en el camino; incluso cuando te enfrentas a una industria altamente demandante y competida como la de la mueblería industrial.
Con estas convicciones Sebastián, junto con su hermano Arturo, llevan casi dos años construyendo una nueva opción en el escaparate del interiorismo mexicano, propuesta basada en la sustentabilidad, la innovación y apegada a los nuevos estilos de vida, a la que han llamado Boom Mood.
Boom Mood es una startup de mueblería que mezcla los conceptos del minimalismo, la portabilidad y la tendencia de"ármelo usted mismo" sin las carencias de durabilidad, el impacto ecológico o la masividad de reconocidos conglomerados de artículos de casa dominando el mercado.
Diseñadores ambos, Sebastián y Arturo idearon un juego de habitación, cama, tocadores, mesas, cunas y literas que cuentan con la particularidad de ensamblarse sin utilizar un solo tornillo.
Livianos y desarmables, los muebles que los Dib han creado son ensamblados a manera de rompecabezas cuyas estructuras, patas y paredes se sostienen y refuerzan por la carga que ellas mismas ejercen una contra la otra. Según ellos, su base de cama soporta el peso de 10 adultos al mismo tiempo sin problema.
Asimismo la madera utilizada, abedul ruso, asegura una mayor durabilidad y ligereza que los aglomerados utilizados por la gran industria. Por ejemplo una base queen de la startup pesa alrededor de 14 kilos, cuando su contraparte tradicional puede pesar el doble.
"Una de las razones es la madera que usamos, que es de gran resistencia, calidad y durabilidad. La tecnología digital que usamos es de gran precisión, al ensamblar el producto todas las partes funcionan como una sola estructura".
La idea detrás de Boom Mood proviene directamente de la experiencia de los hermanos Dib con otra startup, disrumpiendo el mercado del interiorismo, Luuna, fundada en 2015 por Carlos D. Salinas y William Kasstan, la cual comercializa colchones de espuma y sellados al vacío en cajas.
Según explica Sebastián, su hermano Arturo había trabajado para la firma diseñando los interiores de un showroom que nunca se concretó, sin embargo en el proceso repararon en el hecho de que Luuna estaba disrumpiendo la venta de colchones gracias a la portabilidad y ligereza de sus modelos, cosa que no estaba sucediendo con las bases de cama.
"Si comprabas el colchón al vacío en su caja al final del día la base y el box seguía siendo como antes, había que volarlo por la ventana o era pesado y subirlo a la casa es un relajo. Entonces se nos ocurrió hacer esta clase de cama portable y ligera que fuera compatible con los colchones", recuerda.
Sebastián, un diseñador automotriz, ya había intentado antes echar a andar una startup basada en el diseño modular y sin tornillos, pero en este caso eran casas prefabricadas.
"La idea era utilizar impresoras 3D pero de concreto, las que sólo se iban a poner en el lugar de construcción y la máquina iba a hacer el resto vaciando el material. Buscamos inversión con fondos de construcción pero no lo logramos concretar por ser una idea tan nueva e intensiva en capital, nadie se quería arriesgar", recuerda.
Para Boom Mood los hermanos buscaron inversión entre amigos y familiares y lograron establecer una planta para echar a andar la producción propia, la cual comenzó a comercializarse en un inicio con Nezt, otra empresa vendiendo vía internet colchones de espuma.
Según explica Sebastián, el concepto de ensamble sin tornillos y minimalista proviene de la idea de que cualquiera pueda armar el mobiliario de su casa sin ayuda y sin instructivos.
Mientras tanto, el minimalismo de las líneas de Boom Mood está inspirado en las escuelas nórdicas de diseño que se inclinan por líneas limpias y la menor cantidad de material posible, a diferencia de lo barroco del mueble artesanal mexicano.
Asimismo la portabilidad de los muebles que se arman en cinco minutos va en sintonía con nuevos estilos de vida de generaciones más jóvenes, que buscan flexibilidad y comodidad para cambiar de vivienda más rápidamente.
"Tuvimos esta idea porque nos dimos cuenta de que faltaba en el mercado. Vas a IKEA o a otra marca y compras un mueble para tu casa para pasar dos horas de atornillando con un manual en la mano.
"Hoy en día mucha gente lo que hace es mudarse muy seguido de departamento y esto funciona muy bien para el estilo de vida. Los espacios de viviendas se han reducido y la gente busca muebles más sencillos, ya no se pueden comprar muebles enormes.
"Al final ya no se necesita una mansión para vivir bien, sino con un espacio pequeño bien amueblado y eficiente puedes vivir muy a gusto".
Recientemente los hermanos acudieron al reconocido programa de emprendimiento Shark Tank en el que buscaban 2.7 millones de pesos de inversión a cambio del 20 por ciento de participación en la empresa.
Los resultados no fueron los deseados por los Dib. Aunque todos "los tiburones" aplaudieron la calidad y el diseño de la línea de Boom Mood terminaron por pasar la oportunidad de invertir.
Deborah Dana, creadora de los portales Kiwilimón y Canasta Rosa, argumentó un mercado demasiado competido por jugadores grandes con la reciente llegada de la cadena de muebles sueca IKEA.
Por su parte Rodrigo Herrera, dueño de Genomma Lab, refirió que por su rango de precios los márgenes de ganancia representaban poco retornos para el inversionista.
"No se metan al negocio industrial. Es mejor tener pocos clientes a los que les cobran mucho que pocos clientes con los que van a perder dinero", les recomendó.
En general el auditorio del programa vía YouTube reaccionó apoyando a los emprendedores y criticando a los tiburones por no invertir argumentando falta de réditos.
Para Sebastián, Boom Mood pretende irse haciendo de un espacio en el mercado gracias a su oferta de valor basada en el diseño, calidad y portabilidad.
"Se ponen difíciles (los tiburones) pero esperemos que el programa funcione bien como publicidad y ojalá cerremos con nuevos inversionistas", reflexiona Sebastián.
Según adelanta, luego de la experiencia en televisión un importante inversionista de la mueblería, del cual se reservó el nombre, se puso en contacto con los hermanos, por lo que al momento se encuentran en pláticas para recibir el capital necesario para escalar la producción industrial de Boom Mood.
Esta posible inversión –platica– les ayudará a capitalizar todos los clientes nuevos que registraron durante el 2020, y que durante la pandemia contaban con capital y tiempo para renovar el mobiliario de sus casas en el encierro.
Por ejemplo, según un estudio de la firma de inteligencia de mercados InMarket, en el último año el tráfico en las tiendas de artículos domésticos en EU es 56% superior a lo observado en 2019, en tanto que los precios de muebles se han incrementado en 8 por ciento debido a la demanda y escasez de inventarios.
"La mayoría de gente que nos compra son gente joven que se está mudando por primera vez a su departamento. No tenemos ninguna referencia anterior a la pandemia pero el 2020 sí fue un buen año para nosotros. Ahora el pendiente es lanzar nuevos muebles, nuevos diseños y mejores pautas de anuncios", explica.
Asimismo para el 2022 la empresa comenzará la construcción de la Casa Boom en la colonia Condesa de la Ciudad de México. En ella los hermanos Dib pretenden rescatar la idea de casas prearmadas y sin tornillos que quedara en el tintero hace años.
Con 50 metros cuadrados y hecha completamente de plástico reciclado, la casa será una primera iteración de una producción que ya tiene interesados en destinos como Los Cabos y Cancún para el segmento de hotelería boutique.
"Estamos encontrando a los proveedores para que la primera casa sirva como un muestrario y de ahí empezar a levantar pedidos.
"México siempre ha sido un país de muy buenos diseñadores, hay muy buenas ideas y creo que lo que falta es apoyar mucho a nuevas empresas y emprendedores de parte del gobierno y de los compradores. Acá nos da miedo emprender porque qué tal si fallas y qué vas a hacer si sucede, para nada es fácil pero al final pues es un camino que se disfruta y que te da libertad".
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