El retroceso que tuvo la lira turca, que en algún momento de la jornada fue de hasta 12%, sacudió a los mercados y desató los temores por su contagio al euro y las monedas de países emergentes.
Con base en datos del Banco de México, el peso mexicano tuvo una depreciacion de 1.11 % frente al dólar estadounidense respecto de su cotización a la venta de la jornada del viernes.
A pesar de la baja que tuvo la moneda, analistas consideran que el impacto no es trascendental porque México no tiene nexos directos con la economía turca y el sistema bancario del país está aislado. Carlos Serrano Herrera, economista en jefe de BBVA Bancomer, explicó a El Sol de México que para estabilizar esta situación “el Banco Central de Turquía debe aumentar las tasas de interés para controlar la inflación. Y otra opción es que el gobierno disminuya el gasto corriente para bajar el déficit que hay en la cuenta corriente”.
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Serrano comenta que en la medida en que esto siga ocurriendo y no se tomen cartas en el asunto, se seguirá apreciando volatilidad en el tipo de cambio, pero que en el caso de México no impactará demasiado porque hay confianza por parte de los inversionistas.
“En julio entraron al país bonos de largo plazo por mil 300 millones de dólares, por lo que no se ve salida de capitales. Por el momento es de esperarse que México sea parte de esta ola de volatilidad pero dados los fundamentales de la economía y de su sistema bancario, me parece que no hay motivo de preocupación”.
Los países que sí deben prestar atención son los que tienen déficits de cuenta elevados, un caso es Argentina que ayer subió cinco puntos porcentuales su tasa de política monetaria.
EL FMI AÚN NO METE LAS MANOS
Ayer, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró que no ha recibido, por ahora, "indicación" del Gobierno de Turquía de que vaya a solicitar asistencia financiera.
"No hemos recibido indicación alguna de las autoridades turcas de que estén contemplando solicitar asistencia financiera", indicó a Efe un portavoz del organismo, que pidió el anonimato, al comentar la situación.
La frágil situación económica de Turquía, agravada por su alta deuda en divisa extranjera y la gradual subida de tasas de interés en Estados Unidos, ha hecho pensar que Ankara, la capital, se pueda ver obligada a solicitar ayuda al FMI, tal y como hizo hace unos meses Argentina tras una similar y súbita depreciación que sufrió su moneda
La institución dirigida por Christine Lagarde advirtió en abril pasado, en su informe de Perspectivas Económicas Globales , que el país es uno de los mercados emergentes más vulnerables al ajuste monetario en Estados Unidos y a la salida de flujos de inversión