China dijo que no tiene otra opción que tomar represalias contra los nuevos aranceles comerciales de Washington, lo que aumenta el riesgo de que el presidente Donald Trump pronto imponga tarifas a prácticamente todos los productos chinos que compra Estados Unidos.
La declaración del Ministerio de Comercio chino se produjo horas después de que Trump anunciara aranceles del 10 por ciento sobre importaciones desde China por valor de 200.000 millones de dólares, y amenazara con tarifas sobre otros bienes valuados en 267.000 millones de dólares si China tomaba represalias.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Geng Shuang, dijo en una conferencia de prensa más tarde que los pasos de Estados Unidos han traído "nueva incertidumbre" a las conversaciones entre las dos economías más grandes del mundo.
"China siempre ha enfatizado que la única forma correcta de resolver el problema comercial chino-estadounidense es a través de conversaciones y consultas sostenidas sobre una base equitativa, sincera y mutuamente respetuosa. Pero en este momento, todo lo que hace Estados Unidos no da la impresión de sinceridad o buena voluntad", agregó Geng.
El portavoz señaló que no haría comentarios sobre cuestiones "hipotéticas" como qué medidas podría considerar Pekín aparte de aranceles a productos estadounidenses, y dijo que solo se darían a conocer los detalles en el momento apropiado.
Horas después, el Ministerio de Comercio chino anunció que había presentado una queja ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) contra Estados Unidos por los nuevos aranceles.
Trump advirtió el lunes que si China tomaba medidas de represalia contra los agricultores o las industrias estadounidenses, "inmediatamente buscaremos la fase tres, que son aranceles sobre importaciones adicionales por aproximadamente 267.000 millones de dólares".
Los más recientes aranceles estadounidenses afectan a los relojes inteligentes de Apple y Fitbit y otros productos de consumo como asientos infantiles para automóviles. Pero si Washington pone en marcha las tarifas adicionales, pasaría a quedar afectado todo el resto de las importaciones estadounidenses desde China, entre ellas las de iPhone.
El mes pasado, China difundió una lista de productos estadounidenses valuados en 60.000 millones de dólares -desde gas natural licuado hasta ciertos tipos de aviones- sobre los que aplicaría aranceles en caso de que Washington activara las tarifas sobre su listado de 200.000 millones de dólares.
¿Continuará el diálogo?
China está revisando los planes para enviar una delegación a Washington para nuevas conversaciones ante la acción de Estados Unidos, informó el martes el diario South China Morning Post, citando una fuente del gobierno en Pekín.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, dijo el martes que depende de China tomar acciones para sostener las negociaciones comerciales bilaterales: "Lo que proponemos es tener negociaciones constructivas con China para resolver problemas fundamentales. Así que el tema de si o cuándo sostendremos una discusión, crucialmente, depende de ellos", dijo Ross en una entrevista con la cadena de televisión CNBC.
La recaudación de los nuevos aranceles con los que Estados Unidos venía amenazando hace tiempo comenzará el 24 de septiembre, pero la tasa aumentará al 25 por ciento para fin de año, permitiendo a las empresas estadounidenses en algún momento ajustar sus cadenas de suministro a países alternativos.
Hasta el momento, Estados Unidos ha impuesto tarifas sobre bienes chinos por valor de 50.000 millones de dólares para presionar a Pekín a que reduzca su enorme superávit comercial con Washington y haga cambios radicales en su sistema de comercio, transferencia de tecnología y políticas de subsidios industriales.
En tanto, China ha impuesto efectivamente o amenazado con imponer aranceles sobre bienes estadounidenses valuados en 110.000 millones de dólares, que representan la mayoría de sus importaciones de productos provenientes de Estados Unidos.
Un alto funcionario del mercado de valores chino dijo que las acciones comerciales de Estados Unidos no funcionarán, ya que China cuenta con amplias herramientas de política fiscal y monetaria para hacer frente al impacto. El gobierno de Pekín ya ha estado aumentando el gasto en infraestructura.