El conflicto bélico que se vive en Europa Oriental amenaza con una crisis de fertilizantes a nivel global a causa de los incrementos en los precios de este producto, esencial para la industria agroalimentaria, lo que puede afectar la próxima temporada agrícola de primavera-verano en México, según el Grupo Consultor de Mercados Agrícola (GCMA).
El año pasado, el país importó 62 por ciento de sus requerimientos de fertilizantes, la mayor parte desde Rusia, de acuerdo con datos del GCMA.
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QU Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dijo en una carta que la elevada demanda y la volatilidad de los precios del gas natural en los últimos meses han impulsado el aumento del costo de los fertilizantes.
El precio de la urea, un fertilizante nitrogenado esencial, ha aumentado más de 30 veces en el último año, refirió el directivo en su misiva.
A los estragos de la crisis de Covid-19 se ha sumado la guerra en Ucrania, que ha tenido un impacto en la inflación mundial.
En México, hasta la semana pasada el precio promedio de los fertilizantes había aumentado más de 153 por ciento, de acuerdo con el GCMA.
El organismo advirtió una crisis en el país a causa del encarecimiento del producto y debido a que la producción nacional de fertilizante disminuyó 11.3 por ciento el año pasado.
Rusia es el principal exportador de fertilizantes en el mundo, pero ante el conflicto en Ucrania y las sanciones de Occidente ha parado sus envíos.
Juan Caros Anaya, director general del GCMA, dijo a El Sol de México que esta situación provocará afectaciones al ciclo se siembra primavera-verano, que comienza el próximo 4 de abril.
“Los proveedores en México no quieren cotizar ahora por la alta volatilidad en el precio (…) Lo que puede provocar es que el productor, a esos precios tan altos, va a disminuir su fertilización o va a dejar de fertilizar, eso significa que pierda productividad, lo que impactará en su cosecha”, comentó.
El directivo advirtió que una baja en la productividad de los agricultores puede impactar en sus cosechas, lo que a larga deviene en menos disponibilidad de producto y, ante una mayor demanda, amenaza con mantener la inflación alta.
Además esto impactaría en la meta del gobierno de la autosuficiencia alimentaria, ya que se requerirá de la importación de más productos para satisfacer la demanda interna.
El GCMA prevé que solo en el caso de los granos y oleaginosas, que el año pasado alcanzaron un récord de importaciones con 38.7 millones de toneladas, casi 11 por ciento más que en 2020, se produzca en el país solo 49 por ciento de la demanda interna al cierre de este año, dos puntos porcentuales menos que en 2021.
Anaya subrayó que a la fecha no se ha visto desabasto de fertilizantes en el país, pero advirtió que ante el conflicto en Europa Oriental y la falta de producto ruso, algunos productores buscarán importar de otros países, lo que elevará el costo ante la mayor demanda global.
Ignacio Simón, presidente de la Asociación Mexicana de Productores se Bioinsumos (AMPBIO), dijo que la crisis de fertilizantes es algo real, con incrementos de más de cien por ciento para los productores.
Destacó que en el caso de la urea el precio por tonelada puede encontrarse hasta en más de mil 500 dólares ante el temor de escasez.
“Sabemos que cuando hay nerviosismo, cuando la gente está nerviosa ante la incertidumbre, hacen compras de pánico y eso aumenta los precios”, refirió.
No obstante, el directivo subrayó que está crisis significa una oportunidad para que el país construya un plan para eliminar los productos químicos y viren hacia fertilizantes naturales.
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