El biodiésel y el etanol son combustibles que son obtenidos a partir de desechos orgánicos como el maíz o la caña de azúcar y son vistos como una alternativa a futuro para las necesidades energéticas del mundo mientras que los combustibles fósiles son finitos y contaminan. Hacia 2027 la OCDE calcula que la producción mundial de estos dos crezca en 9%, con países como Brasil, China y Colombia liderando las tasas de crecimiento. La OCDE no espera que México incremente su participación en esta industria, incluso espera que se reduzca.